Thursday, November 1, 2012

Cuba duele

Cuba duele, me dijo un amigo que vive en el exilio hace más de cuarenta años. Este hombre llegó a Estados Unidos siendo un niño con la esperanza de volver en menos de seis meses. Sin embargo, la consolidación de Fidel Castro en el poder, la debilidad de sus opositores, la falta de un consenso político entre los amantes de la democracia y el apego a las decisiones de Washington, por quienes llegaban desde la isla a radicarse en esta orilla, le truncaron el regreso.

Ahora vive acomodado al mejor estilo norteamericano mirando, como simple espectador, los acontecimientos que ocurren en Cuba. Según, su opinión, “descubrí como la patria se me iba perdiendo tras la muerte de mis padres, el nacimiento de mis hijos, la llegada de los nietos y el florecimiento de un sentimiento muy especial por éste país que me acogió con entera libertad. Realmente, sigo siendo cubano, pero en Estados Unidos tengo lo que más yo quiero”

Este puede ser un ejemplo similar al de miles de cubanos que en situación desesperada vinieron aquí y siguen sufriendo la ausencia de Cuba, pero compensando su fastidio con el atractivo de la sociedad estadounidense.

Hace pocos días, justamente esta semana, unos patriotas llegados de Cuba impedían a otro compatriota suyo estar en la trinchera por la libertad de la isla. Y es que al parecer algunos se atribuyen el patrimonio de esa lucha cerrando las puertas a quienes pueden ser voces altas, activos movilizadores por el cambio y parte de un proceso que necesita sumar las mejores voluntades de un pueblo que ha perdido su rumbo.

Parte del problema cubano se debe a la falta de visión sobre su futuro y a la manía de seguir creyendo en el proyecto que sale de cada cabeza, sin que sea sometido al escrutinio de los demás, para ser impuesto como la salvación del país. También, a la poca capacidad intelectual, política y ética de algunos de los que hoy deciden como hacer las cosas en ambas orillas.

Sucede también, para llenar la copa, que el compadreo, los intereses creados, la tortilla política y el amiguismo siguen apoderándose del escenario donde se debería hacer una verdadera oposición. Un sistema estructural y dinámico, como el totalitarismo cubano, necesita del talento de sus mejores hijos para imponerse sobre la inoperancia del sistema. La mediocridad, es un derroche obscuro que nada aporta a lo que Cuba necesita.

Sin ningún pesimismo, porque el optimismo de delata, mientras ocurran estas maniobras sombrías, mi amigo seguirá exiliado sin la esperanza de volver a Madruga a la espera del día de su muerte como sucedió con sus padres.



Thursday, October 25, 2012

Son rumores, son rumores



Las redes sociales y algunos medios de prensa de diferentes partes del mundo se hicieron eco de los rumores que salían, esta vez de Caracas, Venezuela, de boca del columnista Nelson Bocaranda, que aseguraba que Fidel Castro, el ex máximo líder de todos los poderes en Cuba, estaba moribundo y en fase terminal, paso previo al viaje final que lo llevaría al mundo de los muertos. Luego, otra persona, que dijo ser médico, detallaba el estado morboso del comandante.

Durante los pocos días que duró el rumor, los sesudos y cubanologos buscaban aristas para hacer sus conclusiones. Unos advertían que el comandante no le había enviado un mensaje de felicitación a su discípulo Hugo Chávez, ganador de las elecciones venezolanas. Otros creían posible el evento fúnebre porque sus reflexiones tampoco se podían leer en Internet.

Mirándolo bien,” no es Fidel quien debe felicitar a Chávez. Ese papel le correspondería a Raúl”. Destacó el académico Andy Gómez de la Universidad de Miami en un acertado análisis sobre esos murmullos. Si aparecen en la red sus reflexiones no debe ser motivo de dudas sobre su muerte porque realmente Castro, por sus evidentes trastornos de personalidad, sabe jugar las cartas del disparate para llevarse los titulares que le ayudan a mantenerse en vida porque sabe teatralizar la resucitación. Y es lógico pensar así al tomar en cuenta que el comandante, en el fichero de las adivinanzas, ha sabido poner su vida en el mayor secreto guardado de una nación.

¿Porque interesarse tanto por alguien que decide muy poco, por no decir nada, de un país que ahora administra Raúl, quien realmente maneja todos los hilos del poder y usa el referente de su hermano de manera pragmática porque está seguro que Fidel ha quedado en el pensamiento de aquellos revolucionarios incondicionales que creen que el comandante sigue controlando la palanca de la revolución? 

Fidel ya no importa. Su muerte no cambia nada en este momento cuando Raúl, como buen aprendiz, tiene las llaves del proceso político cubano y las maniobras con habilidad para sortear dificultades en el orden económico y social. También para lidiar con el aumento creciente de opositores prodemocráticos, con el descontento de la militancia, la frustración de los jóvenes y los recelos de los reformistas silentes dentro del poder.

Para dar en la Diana se debe eliminar el mito de Fidel y concentrarse en lo más importante que es la movilización ciudadana en la isla, como propone el ex prisionero político José Ramón Gabriel Castillo, para poder jerarquizar al movimiento cívico cubano como la verdadera fuerza de cambio si se estructura la dinámica de la oposición, su efectividad, organización y el aumento de su base social.

Sería conveniente, al evaluar la realidad cubana, tomar a Fidel Castro como parte de un momento histórico pasado. Su impacto en la sociedad es referencial y simbólico porque ya no puede articular un breve discurso. Ni dar tres pasos frente a sus marchas del pueblo combatiente, ni dar ordenes a sus lugartenientes y menos dirigir al partido. Lo peor, para alguien que se creo el mito de la invencibilidad, es necesitar sostenerse en los brazos de alguien para mantenerse en pie.

Al mirar las imágenes publicada por los medios de prensas en Cuba, cualquiera, desde el primer momento, solo puede advertir a un anciano débil e incoherente, apoyándose en lo que fue y escondiendo su realidad detrás de un aparente estado físico normal. Los años nos perdonan a nadie y a Fidel Castro le están haciendo un ajuste de cuenta.

Thursday, October 18, 2012

Sin permiso y con salida



La reciente decisión del gobierno cubano de eliminar el permiso de salida o carta Blanca para viajar al extranjero es, con toda seguridad, la medida más importante adoptada, hasta este momento, por Raúl Castro quien, desde su llegada al poder, ha prometido cambios estructurales en todas las esferas de la sociedad y la vida de los cubanos.

Quienes han tenido que pasar por el trámite recordarán con cierta amargura esta traba burocrática nacida del capricho personal de Fidel Castro, que en su afán desmedido por contralar la vida de cada ciudadano en Cuba, accedía hasta el ultimo momento al castigo excesivo contra quienes deseaban viajar o vivir fuera de la isla.

Esa política aplicada en Cuba, y en un reducido numero de países como Corea del Norte y Birmania, además de injusta e inhumana desnudaba la vileza del oficialismo cubano porque aquel tramite, no solo reprimía la libertad de movimiento, sino que iba acompañado del chantaje, la arbitrariedad y la venganza.

Incontables testimonios de personas con visa para viajar a determinado lugares de este mundo global han narrado como eran sometidos a presiones de todo tipo, citaciones oficiales por parte de la policía para advertirle sobre su futuro, amenazas y hasta para comunicarle el supuesto desprecio que la sociedad sentían hacia ellos, esputándoles epítetos degradantes, groseros y calumniosos.

Pero eso formará parte del pasado porque, a partir del catorce de enero del próximo año, los cubanos, al fin, podrán viajar libremente a cualquier país del mundo, si cuentan con una visa expedita por las autoridades de la nación que desean visitar.

Las reacciones en ambas orillas no se hicieron esperar con el anuncio de los cambios migratorios y tienen pocos puntos de coincidencia. En Cuba se ha recibido con euforia la medida y en Miami con escepticismo. La reacción del exilio responde a la suspicacia que generan tantos años de poder de un gobierno inamovible y controlador. También, porque el transfondo ideológico de la argumentación ofrecida por el gobierno cubano, al culpar a Estados Unidos sobre la imposición de controles rígidos a sus ciudadanos, es, además de injustificado y falso, una repetida manía del oficialismo criollo para quitarse la responsabilidad sobre el daño que ha hecho a su pueblo y eso, indudablemente, genera incertidumbres y desconfianzas. El entusiasmo intramuros responde al ansia de un pueblo hambriento de conocer al mundo y que respira, en cada ventanita que se abre, el aire de la libertad que tanto anhela. 

Lo importante es saber interpretar la medida en positivo. Realmente, estos cambios se han alcanzado gracias a la constancia de los opositores y activistas por la democracia en la isla porque, durante largos años y sin agotarse, han denunciado el deterioro constante en materia de derechos humanos por parte de un gobierno que llega a limitar el derecho del pueblo cubano a desplazarse libremente por cualquier parte del mundo.

A partir de ahora, a contar los días que falta para que la nueva leyes migratorias en la isla entren en efecto.  El dos mil trece comenzará siendo un año con suerte para los que siempre han soñado en cruzar las fronteras cerrada de Cuba.

Thursday, October 11, 2012

Cuba, Venezuela, la oposición cívica y las dependencias



Las pasadas elecciones presidenciales en Venezuela crearon muchas expectativas en el mundo a partir de la justificada creencia de que Henríque Capriles podía derrotar al presidente Hugo Chávez Frías. Sin embargo, un cincuenta y cuatro por ciento del pueblo venezolano decidió prorrogar el mandato del líder bolivariano en el poder.

El temor a una derrota chavista tenía en vilo a La Habana porque Cuba y su nomenclatura política nunca habían sido tan dependientes de país alguno como ahora lo es de Venezuela. Incluso, mucha más que del campo socialista y la desaparecida Unión Soviética, si tomamos en cuenta la coyuntura geopolítica actual y la crisis económica mundial.

También, y a decir verdad, las fuerzas opositoras al sistema totalitario en la isla, dentro y fuera, esperaban ser sorprendido con otra cara en el palacio de Miraflores y aplaudían la llagada al país sudamericano de un líder capaz de devolver los valores de la democracia al pueblo venezolano.

Los resultados electorales defraudaron al entusiasta elector de Venezuela que optaba por un cambio. Las imágenes de los medios internacionales de prensa mostraban la parálisis en los seguidores de Capriles, el descontento del cuarenta y cuatro por ciento del pueblo que le dio su voto y hasta las lágrimas de un niño consternado cuando supo que Chávez estaría seis años presidiendo el gobierno y como guía de la revolución bolivariana. 

Para Raúl Castro y para los incondicionalitas del sistema totalitario cubano las elecciones en Venezuela ponían en juego el abastecimiento de algo más de noventa y cinco mil barriles de petróleo diario a la isla y un intercambio económico que durante una década a tenido al país sudamericano como el principal socio comercial de Cuba, cuya exportaciones ascendieron, en febrero del presente año, a más de seis mil veinte y siete millones de dólares. Sin dudas, la presencia cubana en casi todas las esferas de la vida política, económica y social de la nación sudamericana, dejaría de tener el mismo impacto si Hugo Chávez hubiera perdido la presidencia del país.

Los cubanos oposicionistas radicados en la isla y las fuerzas a favor de la democracia en Cuba en el exterior, apostaban por Capriles. Si el opositor de Chávez hubiera sido electo presidente evitaría que el chavismo continuara siendo el energizante del sistema político cubano y de su moribunda economía.

En la Diana de hoy quiero brevemente referirme a las gravitaciones y dependencias que suelen acompañarnos en este momento crucial que vive la patria. Las elecciones en Venezuela demostraron como este malhechizo gravitacional se pondera en la conciencia de muchos cubanos que culpan los eventos ajenos como parte de nuestras desgracias. (Claro, el mundo global es interactivo pero no desplaza el rol histórico de cada sociedad en particular).

Se ha hecho una costumbre querer depender del otro para la solución de nuestros problemas. Desde todas partes escuchamos justificados reclamos en busca de apoyo para la democratización de Cuba. En diferentes conferencias sobre la isla, los académicos analizan los factores externo que eternizan al castrismo en el poder. En otras partes se aboga por el levantamiento del embargo para salir de los hermanos Castro o mantenerlo como presión para ahogar al sistema cubano. Si Chávez no existiera Cuba colapsaría, dicen otros.

La tendencia a buscar, entre cubanos, una solución a nuestro problema nacional parece distante porque se agotan las energías, el talento y los recursos queriendo que otros hagan nuestros deberes. Es más fácil esperar que en Venezuela derroten a Chávez, para cerrarle las llaves de la financiación económica al régimen, que apostar por un consenso político entre las fuerzas prodemocráticas cubanas en la isla y el exilio.

Chávez estará gobernando en Venezuela hasta el 2018. ¿Tendremos que esperar hasta esa fecha para saber si el oxigeno económico que éste da a La Habana se acaba y entonces los cambios en Cuba se pueden dar? La lógica indica la necesidad trascendente de hacer nosotros mismos lo que nos corresponde porque otros, no importan quienes sean, están ocupado en lo suyo.

Thursday, October 4, 2012

Jóvenes a la deriva



Los recientes cambios en la secretaría general de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, responden al interés del oficialismo de fortalecer a la organización juvenil después de un largo estancamiento en el crecimiento de nuevos militantes. Los propios muchachos en la isla miran a otras partes cuando en la etapa adolescente de sus vidas comienzan a ser acosados por el organismo político en busca de nuevos miembros.

El proceso comienza en las escuelas, donde se supone que la actividad fundamental del joven sea estudiar. También en los centros laborales donde la misión es trabajar. El objetivo es adoctrinarlos para que formen parte de los llamados contingentes de jóvenes continuadores de la revolución. El método responde a un discurso ideológicos facilita y triunfador que seduce, por el carácter divino de la argumentación, y logra captar a algunos estudiantes y trabajadores con la promesa de que su membresía será una oportunidad para el éxito.

La vida de cualquier adolescente pasa por diferentes estadíos. Los psicólogos la consideran como una de las etapas más importantes de la vida de los seres humanos porque en ella se comienza a percibir el mundo de otra manera y formarse los conceptos que perduraran de manera sostenibles para siempre. El propio entorno familiar, muchas veces, se complica llegándose a crear las llamadas “crisis del adolescente” que básicamente se fundamenta en una confrontación del joven con las tradiciones familiares, los patrones que siguen sus padres y las nuevas visiones que personalmente éste muchacho se va creando.

En Cuba los jóvenes crecen asumiendo su percepción del mundo con estrechez. Lo más inmediato, para la mayoría de los casos, pasa por las exigencias de la ideología y la presión de la política. Los padres, como fuente de seguridad, son desplazados en el rol educativos porque el sistema impone de manera tajante muchas tabulaciones que nadie, incluso los papás, pueden cambiar. Es decir, la educación de los hijos no la escogen los progenitores, la asigna el gobierno para, desde sus aulas, intentar instituir al llamado hombre nuevo que es un individuo sin individualidad, despersonalizado y carente de opinión propia.

Si bien es cierto que a esa edad se prefiere crear amistades, que muchas veces perduran para toda la vida, aprender nuevas experiencias, enamorarse, viajar, disfrutar de los encantos de la edad, estudiar la carrera que le sostenga su futura familia, ordenar los planes del mañana y hasta fundarse una personalidad, en la isla las normas son diferentes en muchos casos.

Primero, porque sobre el joven actúan agentes coercitivos que le inoculan el miedo, la dependencia del factor ideológico y la duda. En segundo lugar, el horizonte de estas persona es reducido porque están presionados a seguir los pasos de otros sin que estos sean sus mejores referentes y tercero, cuando su mirada debe centrarse en ayudar a desarrollar el país donde han nacido, prefieren abandonarlo para irse a cualquier parte de este mundo. Se puede añadir, además, que la deformación social que genera el sistema causa su mayor impacto en estos jóvenes quienes asumen conductas inapropiadas como la vulgaridad y el despojo de la virtud.

Alguien dijo que sin juventud no hay país, pero para la nueva secretaria general de la Unión de Jóvenes Comunistas, eso no significa nada si desde su posición se someterá al mandato de unos ancianos que desconfían en los más jóvenes y se aferran a gobernar lejos de la iniciativa creativa que habita en las personas de menos edad.

Desde Luis Orlando Domínguez, aquel defenestrado dirigente a quienes muchos les aseguraban la capacidad para sustituir a Fidel Castro, hasta el irascible y agorero Roberto Robaina, la organización comunista nunca ha podido defender el verdadero derecho de la juventud cubana porque nadie ama más a la libertad que un joven. Por el momento, Yuniesky Crespo, la principiante líder juvenil, será un rostro más que forma parte de la larga lista de personajes que han pasado por ese destino sin dejar huellas a favor de la autonomía de quienes dicen representar.

Thursday, September 27, 2012

Descalificadores



Rafael Rojas, el mejor referente de la ensayística cubana actual, en su corto ensayo Breve historia cubana de la infamia asegura con justa razón: que la descalificación y el escarnio son más frecuentes entre nosotros que en los demás países de la región”. Al parecer, este proceder, inoculado en la conciencia popular de manera sostenible, se ha estandarizado tanto que define, sin ninguna duda, parte del carácter de la nación cubana y su pueblo.

Ahora mismo circulan por diferentes medios de prensas, dedicados a los asuntos cubanos en el mundo, y navegan por Internet reacciones ofensivas y burlescas contra algunos de los rostros opositores mejores estructurados en su activismo cívico dentro de Cuba y en el exilio. Las descalificaciones y los ataques personales cobran mayor fuerza en la medida que el sujeto, al cual se les hacen las críticas, gana en notoriedad y prestigio. Es una manía consagrada en la cultura política y general del cubano llevar al fondo de un cubo el cangrejo que intenta rebasar el borde superior del mismo.

Lo lamentable es la ignorancia extendida de quienes se prestan al juego de la reprobación porque de alguna manera están favoreciendo al agente coercitivo que es el régimen cubano. Pero, a decir verdad, no son tan ignorantes cuando, sorprendentemente, encuentras en esas ”batallitas” a intelectuales, hombres de negocios, politólogos, agentes sociales, escritores y hasta alguno que otros catedráticos, de esos que tanto a dado Cuba, y que posiblemente impartan clases de moral y ética en cualquiera de las grandes universidades europeas y norteamericanas.

A esta altura del juego, cuando la revolución perdió su argumentación ideológica y el liderazgo retorcido de Fidel Castro, se ha hecho una costumbre, dentro de los actores por la democracia en las dos orillas, atacar a otros activistas por la sencilla razón de que los puntos de vista sobre la cuestión nacional no es coincidente. Incluso, la torpeza llega a niveles tan alto, que algunos han tirado en un rincón su activismo político, desistiendo de enfrentarse al régimen, para consagrarse abiertamente al ataque contra aquellos animadores de los cambios en Cuba.

Las argumentaciones siempre son las mismas y parten de un diseño antiguo, fabricado en los laboratorios del departamento ideológico del partido comunista cubano y de la seguridad del estado, que inducen las sospechas y el colaboracionismo con el régimen en aquellos disidentes que mayor perfil alcanzan dentro de la isla. Pocos, por no decir ninguno, de los más brillantes promotores por los cambios en Cuba han quedado fuera de esas descalificaciones. El recientemente desaparecido Osvaldo Paya Sardiñas, vivió sometido a un régimen de críticas mordaz y espeluznante que intentaban ensombrecer su indiscutible liderazgo político.  

En este lado, donde los cubanos gozan de independencia total y ejercen el derecho de la libre expresión, el desprestigio contra los que están dentro y (también fuera) es mayor. Acá se aprovechan los medios de comunicación de la democracia para demonizar a un adversario que bien pudiera militar en las mismas filas del anticastrismo, sino no fuera porque las diferencias personales se imponen al sentido común y a la mejor estrategia para cambiar el rumbo que lleva el país durante más de medio siglo.

No se trata de guardar silencio contra las aptitudes negativas de un opositor. Lo correcto sería, si de manera reservada se discuten los problemas para ayudar a quien comete el error y mantenerlo en activo en la causa que todos dicen defender. “Los asuntos de familia se discuten en casa”, reza en el refrán popular, pero los que se dedican a estos ataques olvidan que el silencio es una respuesta inteligente y que el que más habla mayor probabilidad de cometer errores tiene.

Juan Gualberto Gómez lamentaba en el año 1884, cuando la fragilidad del oficialismo español era evidente, las pugnas internas entre las fuerzas anticoloniales, llegando algunas figuras influyentes de la época a desacreditar a otros compatriotas que participaban en la contienda por la libertad de Cuba.

Parece que es un mal aprendido y una retorcida herencia histórica. Mientras perduren estas discordias, entre cubanos de bien que tanto aman al país, los verdaderos adversarios gozarán el placer de gobernar a su antojo para enlutar las virtudes del pueblo cubano.

Thursday, September 20, 2012

Violencia de grupos ilegales

En los últimos meses he seguido con interés un debate cultural, político y social en Cuba, cuya amplitud y profundidad es comparable, y en cierto momento superior, al mejor análisis de cualquier academia dedicada a los asuntos cubanos en el mundo. Se trata de Estado de SATS, un foro cívico cultural que hace coincidir el arte y el pensamiento crítico sobre la realidad del país. 
Los promotores de esta novedosa iniciativa están, posiblemente sin saberlo, recreando un escenario democrático futurista donde el debate libre se erige como una virtud para comprender el entorno social de un país sometido al designio del totalitarismo, la demagogia, el miedo y la despersonalización.


Por ello no asombra que los ponentes sean parte de un abanico proporcionado por la racionalidad ideológica, de género, étnica, cultural y política. También por jóvenes y personas que peinan canas, por intelectuales, cuya solidez en sus argumentos brota al pronunciarse las primeras palabras y por otros menos ilustrados, que, sin importarles a los promotores esas limitaciones, aportan una visión particular del convulso proceso cubano.

Cada evento es filmado con especial cuidado a pesar de las condiciones técnicas con que cuentan los organizadores. Luego, son subidas a la red donde el mundo libre puede ponerse al día sobre la realidad cubana a través de las voces disidentes más representativas de aquella sociedad. Las limitaciones en el uso de Internet impiden a los cubanos poder acceder a estos foros necesarios para despertar la conciencia dormida de una nación.

En algunos de esos debates he observado, para actualizar mi perspectiva sobre la isla, conceptos novedosos que explican con profundidad el día a día de un ciudadano en Cuba. “Institucionalización de la violencia”, “violencia en la ley”, “violencia en las personas”,descomposición del estado”, “mutaciones”, para referirse a la transición, “violencia de grupos ilegales” y “monopolio de la violencia”, son algunos de esas percepciones definidas por el disidente Manuel Cuesta Morúa en una acertada exposición sobre el comportamiento del gobierno y las autoridades policiales.

Explicar cada uno de esos conceptos abarcaría más tiempo del disponible para En la Diana. Sin embargo, por la importancia que asumen en la represión contra los actores de cambio en Cuba, nos referimos hoy a lo que Cuesta Morúa llama violencia de grupos ilegales.

Estos son hatajos marginales desvinculados de cualquier forma civilizada de comportamiento que se ofrecen como turbas fanáticas para prestarle un servicio al régimen que les sirva para recobrar las migajas del aprecio social. Dicho en otras palabras, son delincuentes peligrosos, convictos por delitos comunes, violadores de las propias leyes revolucionarias, sin percepciones concientes sobre su realidad que se presentan como la parte genuina que debe defender a la revolución.

Explica Cuesta Morúa, que estas personas están sustituyendo el papel represor del policía para detener, ofender, incluso agredir con violencia a los opositores en las calles de Cuba.

Ahora, recuerdo al propio Che Guevara en su libro La Guerra de Guerrilla, cuando da testimonio de cómo Fidel Castro logró en la Sierra Maestra incorporar a delincuentes comunes, matones a sueldos y violadores a su ejercito y hasta llegó a convertirlos en fuerza de choque para los combates y luego para edificar el muro intolerante de la revolución.

Cuando un sistema político se apoya en personas con una conducta delincuencial peligrosa, es porque ha comenzado una transición irreversible en el pensamiento de los arquitectos del régimen, cuyo final es similar al de las mafias, los cárteles y las bandas de férvidos que se dejan arrastrar, como decía Gustavo Lebon, por una aureola de pasiones irracionales y llegan a cometer atrocidades contra sus compatriotas.

Los organizadores de Estado de SATS están advirtiendo al mundo como puede ser el desenlace final en un país que, como aseguran, está en transición y sus líderes acuden a los delincuentes para doblegar a quienes se les enfrentan y sostener a cualquier precio el poder. 

Thursday, September 13, 2012

Huelga de hambre

Fue Gandhi quien estableció a la huelga de hambre como un  método de lucha contra las arbitrariedades del imperio colonial inglés en la India. Su programa cívico predicaba la no violencia y concebía al pacifismo como un instrumento viable para lograr la independencia de su país sin el derramamiento de una gota de sangre.
Otros actores de cambio en diferentes partes del mundo han acudido a la huelga de hambre para conseguir llamar la atención de un problema determinado o para obtener resultados concretos. Es decir, su efecto es incalculable si se emplea de manera estratégica e inteligente y, sobre todas las cosas, tomando  en cuenta varios factores del entorno social, económico, político e internacional donde los huelguistas pueden favorecerse el éxito de ese método.
En los últimos años la oposición política cubana ha acudido a la huelga de hambre como método pacifico de oposición al totalitarismo intransigente de los hermanos Castro y el desenlace ha sido fatal. La muerte por inanición de Orlando Zapata Tamayo, demostró al mundo y a los propios activistas Pro democracia en Cuba, que el régimen no es capaz de ceder por presiones de ese tipo.
Otros disientes, como Guillermo Fariñas, insistieron en la aplicación del método y, sorpresivamente, funcionó. La clave del éxito para este caso se debió a que éste intelectual y profesional de la psicología supo utilizar varios factores coyunturales y sensibles de presión contra la dictadura. En primer lugar, pudo movilizar la conciencia mundial sobre su caso dada su resuelta disposición de morir por inanición si el régimen cubano no liberaba a los prisioneros de la primavera negra cubana. Segundo, la exigencia fue concreta, centrada en algo posible de alcanzar, dado que las autoridades tenían sobre su peso la presión del mundo por tantos encarcelamientos injustos y no soportarían dejar morir a otro opositor después del desastre que significo para la legitimidad de la dictadura el fallecimiento de Zapata Tamayo.
La última huelga que se protagoniza en Cuba en este momento, parece seguir el método Fariñas. La solicitud de liberar al prisionero Jorge Vásquez Chaviano, un disidente encarcelado por seis meses a causa de un delito común y la demanda colectiva para que el gobierno repare la vivienda de Misael Valdés, en el poblado oriental de Palma Soriano, pueden ser posibles de lograr si la presión unánime de los huelguista se mantiene indeterminada y la probabilidad de muerte sea inminente. Sin embargo, las exigencias parecen ser poco probable de ser cumplidas por el oficialismo en la isla cuando se le tienden cercos por varios frentes de acciones cívicas.
A decir verdad, en Cuba hacen falta hombres sanos, con lucidez y entusiasmo para movilizar al pueblo por las avenidas de la libertad. Las personas que acuden a la huelga de hambre merecen todo el respeto de sus compatriotas y ni una sola crítica debería otorgarse contra ellos porque tienen el valor de dar sus vidas por los demás y por un imaginario que consideran justo. Sin embargo, por la naturaleza inhumana del castrismo, debería reconsiderarse cuales pueden ser otras alternativas de lucha que no lacere el estado físico de los actores de cambio en el país.
La historia del oficialismo no ha tomado jamás en cuenta la más simple demanda de un opositor que decide hacer una huelga de hambre. Pedro Luis Boittel, fue el primero de una larga lista de hombres que han muerto sin la más minima compasión de Fidel y Raúl Castro.
En Cuba, se pueden asumir, estratégicamente, una amplia variedad de acciones inteligentes y no violentas que preservan la vida de aquellos que tienen el derecho a disfrutar de un escenario libre por el que han luchado. La patria se funda con héroes, nunca con los mártires.






Thursday, September 6, 2012

Papeles secretos. (A propósito del concurso Novelas de Gavetas)


Praga, la hermosa capital checa siempre ha servido de inspiración para grandes cosas. Fue en esta ciudad, en febrero del 2007, cuando un chispazo repentino me alentó la idea de crear un concurso literario que llevara el nombre de Franz Kafka, el célebre escritor nacido en esa tierra. Era oportuno, desde ese país centroeuropeo, abrir una ventana a la creación literaria de los cubanos radicados en la isla, quienes, por la censura y la constante violación a la libertad intelectual por parte del régimen totalitario, ven frustrada sus motivaciones para escribir sobre cualquier tema de la lacerante realidad que les rodea.

Otro checo excepcional, Vaclav Havel, escribió que los sistemas totalitarios están llenos de porosidades y que es necesario vivirlo desde el mundo de la verdad y la transparencia para encausar las ideas renovadoras de la sociedad. A partir de esos pilares lógicos y estratégicos impulsamos la idea de promover mediante un evento literario a los escritores dentro de Cuba sin vínculo con el oficialismo. Así nació el Concurso Novelas de Gavetas Franz Kafka, que ha premiado a quienes mejores ejercen en la oscuridad el oficio de escribir.

Muchos cubanos escriben sabiendo que nunca sus obras serán publicadas en Cuba y ningún compatriota suyo podría encontrar el contenido de su imaginario creativo en las bibliotecas del país. Sin embargo, el ingenio de los escritores y el entusiasmo por transcender en el tiempo, a pesar de la intolerancia y el miedo, le ha permito escribir para luego engavetar en el mayor secreto el alumbramiento de su creación. Novelas de Gavetas se orienta a todos los escritores cubanos, sin importarle su credo y orientación política, que desean expresar mediante la palabra escrita las circunstancias donde viven, dándoles la oportunidad de sacar de sus arcas el relato vivo de una nación y su pueblo.

Gracias a la solidaridad de organizaciones checas comprometidas con la democracia a nivel internacional, los jóvenes escritores cubanos se han beneficiado con el concurso Novelas de Gavetas. El último premiado ha sido Amel Echevarría, con su novela “Días de entrenamiento”, cuya obra fue presentada en La Habana entre libros y amigos de la buena lectura, quienes asisten a las actividades de las bibliotecas independientes buscando un horizonte de información alternativa y desprejuiciada de la censura oficial.

Las bases del concurso, que este año está cumpliendo su quinto aniversario, parten de la emblemática e histórica Biblioteca de Libros Prohibidos de la Republica Checa, quienes invitan a escribir “con la única condición que el autor viva en la isla. Además, el formato del concurso es novela. No se limita la extensión del texto y mucho menos su tema, solo exigen que sea una obra inédita y sin una previa participación exitosa en otros concursos literarios de adentro o fuera del país”.

Los escritores cubanos radicados en la isla y que aun mantienen escondida sus obras tienen ahora la oportunidad de sacarla a la luz pública a través de un evento estrictamente cultural y literario, sin matices ideológicos que limiten la participación. Quienes determinen hacerlo pueden escribir a Embajada de la Republica Checa. Avenida Kohly, número 259, entre cuarenta y uno y cuarenta y tres. Nuevo Vedado. La Habana. También pueden hacer llegar sus obras a través del correo electrónico bibliotecaria10@gmail.com.

Las puertas del concurso Novelas de Gavetas Franz Kafka están abiertas para los talentosos  escritores silentes que viven en Cuba. Por ella puede pasar la inquietud de quienes tienen el poder de recrear la atmosfera de un país que necesita a sus mejores hijos, en el empeño de fundarse como una nación democrática, donde escribir sea una virtud de quien lo ejerce y un placer de aquellos que disfrutan de la lectura.

Thursday, August 30, 2012

Deserciones

Glenda Murillo Díaz, de 24 años de edad, hija del vicepresidente cubano Marino Murillo, a quien nombran el “zar de las reformas” en Cuba, desertó y está radicando en la ciudad de Tampa, Estados Unidos.

La joven, salió de México, donde participaba a un curso de Psicología, por el puesto fronterizo de Laredo, Texas, alrededor del 16 de agosto, segura del duro golpe que propiciaba al sistema gubernamental que representa su padre, que es además miembro del buró político y el hombre a quien Raúl Castro ha confiado el timón de las reformas estructurales en la precaria economía de la isla.

Esta deserción toma titulares en los diarios internacionales porque se trata de una jovencita ligada al poder central donde se supone que existe un compromiso de lealtad con el proceso político que representa su padre. Sin embargo, Murillo Díaz,  es una más en la larga lista de jóvenes que abandonan su país ante la incertidumbre de un sistema que no ofrece oportunidad para desarrollar la virtud, ni el talento emprendedor del llamado “hombre nuevo”. La frustración, la falta de horizontes en el lugar donde se ha nacido, el miedo a permanecer bajo un régimen sin libertad y la búsqueda de una ocasión propicia para el éxito, en otros sitios del mundo, son las principales causas de las deserciones de los cubanos nacidos después del triunfo revolucionario de los barbados frente a la anterior dictadura.

¿Son los jóvenes cubanos la continuidad del proceso político que iniciaron los hermanos Castro en 1959? ¿Están realmente comprometidos con el boceto ideológico, la intransigencia revolucionaria y el sacrificio personal para sostener el credo del comandante? ¿Desean las nuevas generaciones de cubanos mantener el camino de apego a la revolución que sostuvieron sus padres?

Realmente no. Si partimos que ya son varios los hijos de los principales líderes de la revolución que se encuentran radicando en el exterior o en contacto con otros países, donde mantienen algunos negocios en representación de la dictadura, que le sirven para catapultarse si llegase el momento de que el sistema colapse, podemos comprender que el legado revolucionario termina con la propia generación que alcanzó el poder por la fuerza en enero del 59.  

Parece que son los propios padres del cortejo revolucionario los que desean mantenerlos alejado de la influencia perversa del castrismo, cuya doctrina comienza con elogios por el servicio que prestan los acólitos al imaginario del comandante y Raúl. Luego, cuando el tiempo ha devorado cualquier vestigio de virtud que pudieran poseer, son relegado al desprecio o castigado con severidad por faltas de probidad y rectitud revolucionaria.

Puede que este sea el caso de Glenda Murillo Díaz, porque su padre es uno de los hombres mejores informados de Cuba, cercano a las decisiones trascendentes de Raúl y el máximo responsable de sacar al país de una crisis económica que dura más de medio siglo. Alguien con tanto poder y conociendo la trayectoria implacable de los Castros contra aquellos funcionarios que les han servido a ello, pero luego, cuando no han podido cumplir las exigencias revolucionarias, terminan en la oscuridad de una prisión o relegado al albañal  devorador de sus mejores hijos. Con más razón, si analizamos que el sistema es disfuncional e inoperante por naturaleza, puede inferirse que el fracaso inequívoco de las reformas económicas en la isla tendrá sus responsables y al cortar cabezas, la del señor Marino Murillo será de las primeras en rodar por el patíbulo “justiciero” de la revolución.

Mientras tanto la jovencita Glenda, de quien también se dice que vino al país enemigo de su padre por razones de amor, aparece feliz, colgando sus fotos en Facebook, sonriente, inspirada en los sueños de todo joven, decidida a no mirar atrás aunque en la isla hayan quedado sus progenitores y la revolución que un día le prometió un futuro seguro y cercano al paraíso terrenal. Ojala el entusiasmo de la edad la motive a encontrarse con los hijos de Ramiro Valdéz, Juan Almeida y con Alina, la hija rebelde de Fidel Castro, que también es desterrada. Estos chicos de papá, un día, contra los vaticinios revolucionarios, comprendieron que lejos de los padres y en otras tierras del mundo se puede conocer la verdadera libertad.  

Wednesday, August 29, 2012

A propósito del huracán Isaac

Este comentario lo escribrí en octubre de 1998 desde Las Tunas, en Cuba. Lo encontré en Internet y lo reproduzco para mis amigos a propósito del paso de Issac por el Caribe y Estados Unidos...

Desde Dentro de Cuba.
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8 de octubre de 1998, Cuba Free Press.
LOS "PRONÓSTICOS" DEL PRESIDENTE Por Ramón Humberto Colás, colaborador de Cuba Free Press.
Las Tunas, Cuba Free Press. —La penetración del huracán Georges, por la región oriental y central del país dio la oportunidad de conocer que su “presidente”, incursiona en la meteorología.
Durante tres días consecutivos, el gobernante Fidel Castro visitó el Centro de Investigaciones Meteorológico, adentrándose en los misterios de estos fenómenos tropicales.
El primer día la periodista Gladys Rubio, quien también se esfuerza en conocer de ciclones, lo presentó ante las cámaras de televisión y cometió un grave error cuando dijo: "El Comandante ha venido a informarse…" Castro ripostó a la velocidad de un rayo: "No vine a informarme. Yo estoy bien informado. Vine a participar y brindar algunas informaciones…" De ahí en lo adelante el doctor José Rubiera, especialista en ciclones del mencionado Instituto, se convirtió en un espectador sin hacer el menor esfuerzo en demostrar sus conocimientos del tema.
Como de costumbre, Castro dominó la pantalla del televisor. Analizaba el trayecto del huracán Georges. "Es un ciclón atípico", consideró mientras describía el recorrido del fenómeno atmosférico. El doctor Rubiera siguió con atención al gobernante cubano y reafirmaba las observaciones del improvisado meteorólogo.
Castro llegó a fondo al poner en duda los conocimientos del doctor Rubiera, cuando analizaba el estacionamiento del ciclón, en el Paso de los Vientos. "Hay cosas interesantes, este huracán no parece comportarse como un ciclón sino como un fenómeno diferente". Esta reflexión del gobernante, enmudeció Rubiera, quien por momentos daba la impresión de no tener conciencia del papel que estaba haciendo. El pobre hombre, sin poder hacer nada por ocupar un lugar, dejó de ser el protagonista de una profesión que lo ha hecho popular en toda Cuba.
Rubiera intentó ganar el terreno perdido, explicó algo que esperaba su presidente no conociera: definió al mar de leva como una ola gigante que avanza hacia las costas a gran velocidad y conlleva a penetraciones de las aguas marinas en la superficie costera. El Gran Jefe añadía: "Es mejor que el huracán siga por la carretera central o por tierra para que no reciba la energía del mar, que lo hace más potente".
Todos los esfuerzos del doctor Rubiera fueron vanos. El “presidente” dio todos los pronósticos. “Las lluvias y los vientos afectarán al sistema eléctrico, las líneas telefónicas serán dañadas, la agricultura, con las plantaciones de caña y plátanos, será blanco de este ciclón, el país tendrá grandes pérdidas. El pueblo se verá obligado a nuevos sacrificios, pero la revolución estará, como siempre, a su lado”, dijo.
Desde el Instituto el “presidente” orientaba a sus lugartenientes, quienes se encontraban en diferentes partes de la isla haciéndole mayores gastos a la economía y divirtiéndose de lo lindo en las aventuras que siempre encierran los ciclones.
La mejor enseñanza del huracán Georges ha sido que los cubanos ya podemos prescindir del Instituto de Meteorología, mientras tengamos vivos al gran “presidente”.
Ramón Humberto Colás, colaborador de Cuba Free Press.

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Thursday, August 23, 2012

Corrupción socialista

Doce funcionarios cubanos, incluidos tres ex viceministros de la Industria Básica, fueron condenados por "cometer delitos asociados a la corrupción durante el proceso de negociación, contratación y ejecución del proyecto de expansión de la planta Pedro Soto Alba, ubicada en Moa, para la extracción, refinación y comercialización de níquel y cobalto", según refleja el diario Granma, órgano oficial del único partido en la isla.

Hace aproximadamente dos años, la ministra de Industria Básica, Yadira García, era sustituida de su cargo por insuficiencias en el desempeño de sus funciones al frente del ministerio. La señora García era una de las protegidas del comandante y su carrera hacia la cúspide del poder fue relampagueante desde su arranque al frente del partido en la provincia de Matanzas.

Aquella estocada a una de los miembros del círculo cercano al comandante puso en alerta a los directivos revolucionario sobre el alcance que tiene el poder de su hermano menor. Fue el primer gran mensaje del heredero Raúl, advirtiendo que la finca tenía un nuevo administrador y solo es él quien decide la suerte de sus capataces.  

Lo insólito del caso es el número de implicados y la cobertura de la prensa nacional cubana, cuando el régimen lo presenta como un fenómeno nuevo, intolerable para la moral de la revolución e incompatible con la supuesta transparencia del gobierno.

Las últimas generaciones de cubanos han crecido escuchando decir que la corrupción es un hábito del capitalismo, cuya práctica inmoral jamás se produciría en el socialismo. Pero solo los incrédulos pueden creer que la corrupción en Cuba es algo nuevo y asociado con las “aperturas” mínimas del país con el mundo.

La descomposición económica en la isla comenzó hace más de medio siglo con la arbitrariedad oficial contra los propietarios de bienes y riquezas, la confiscación sin indemnizar y la apropiación material en nombre del pueblo. Allí surgieron los primeros robos con la fuerza del poder cuando varios funcionarios encargados de la custodia de los recursos nacionalizados se convirtieron de mercaderes de lo ajeno.

La ignorancia extendida en la sociedad cubana pocas veces permite mirar como funciona la dinámica del gobierno. Desde el alto poder se ha decidido, a dedo y sin una sola opinión adversa, la movilización urgente de miles de hombres, mujeres y niños, la ubicación de equipos, maquinarias, alimentos, se designan responsables inexpertos y socios de la jerarquía comunista, se mueven trenes, aviones, barcos y hasta se llegó a crear una base al narcotráfico internacional en territorio nacional.

Detrás de esas operaciones, justificadas para bien del pueblo, siempre ha estado presente una corrupción colosal y una administración incapaz de controlar el uso adecuado de los recursos del país.Lo peor es, que esa putrefacción oficial se ha extendido al ciudadano común, al cubano de a pie, quien sometido a un régimen de restricciones y escasez, justifica como “luchar”, el hurto, el engaño y el pillaje, esparciendo estos hábitos deshonestos como uno de los peores males heredado de la revolución de los hermanos Castro. 

A nadie debería extrañar las penas a los sancionados por desfalcos. Lo que asombra es que los verdaderos corruptos, aquellos que engendraron el mal en la sociedad cubana con su intolerancia y la destrucción economía del país, no estén en el banquillo de los acusados. 


Thursday, August 16, 2012

Herencia patriótica


La muerte trágica de Osvaldo Payá Sardinas, el pasado veinte y dos de julio, cerca de la ciudad de Bayamo, en el este de Cuba, ha permitido visibilizar a su retaguardia, que hasta el momento mismo de la tragedia era silente. Se trata del rostro joven, inconmovible y maduro de Rosa María Payá Acevedo, la hija del fallecido líder del Movimiento Cristiano Liberación.

Las primeras imágenes de Payá Acevedo fueron vistas durante las honras fúnebres en la iglesia donde fue expuesto el cadáver de su padre. Con sus pocos años, se mantuvo siempre al lado de su madre y parecía ser la conductora de aquel momento fatal para la familia. Completamente vestida de negro, exponiendo el dolor y el desconsuelo, evitaba que se tomaran fotos del rostro magullado de su papá. Exigía a los asistentes el mejor comportamiento en esas horas de tristezas y con su mirada profunda e inteligente enviaba un mensaje a quienes piensan que la desaparición física de Paya implicaba el fin de la lucha que había iniciado  al frente de su movimiento cristiano.

Después, cuando las horas se hicieron largas y el tiempo parecía olvidar la tragedia, la jovencita Rosa María Payá emergía como una Mambisa frente a los micrófonos de la prensa internacional haciendo declaraciones rotundas para argumentar sus sospechas sobre la implicación oficial en la muerte de su padre. Desde entonces hasta acá, se ha perfilado como una joven capaz de enfrentar con valentía a una dictadura de más de medio siglo con la fuerza de la razón, las ideas y los valores cristianos y democráticos que le han inculcado sus padres. Ese ejemplo indica la pérdida del miedo en los jóvenes de la isla. También su rebeldía ante la injusticia y su capacidad para ser protagonistas del cambio.

La revolución cubana mantiene con celo el patrimonio sobre la juventud y la niñez en Cuba. Cualquier incidencia, por pequeña que sea, sobre estos dos elementos levanta la ira del régimen temeroso que el espíritu insurrecto del llamado hombre nuevo se vuelva contra su injusticia e incapacidad para respetar los derechos civiles del pueblo cubano.

De los jóvenes puede nacer una actitud firme ante el lamentable deterioro de la sociedad y eso sería imparable. El mensaje pudiera advertir a la oposición interna, dentro y fuera de la isla, donde las llamadas “Vacas Sagradas” recelan de las otras generaciones a quienes subestiman y le niegan espacio para impulsar ideas innovadoras que faciliten ponderar acciones prácticas y modernas contra el totalitarismo de La Habana.

En Estados Unidos, Raíces de Esperanza, una organización formada por estudiantes cubano-americano procedente de las más importantes universidades en este país y que nacieron con el influjo patriótico de sus padres exiliados, está anunciándoles a los líderes de estas orillas que ellos pueden contribuir al cambio, en el país de sus abuelos, con una visión flamante, desprejuiciada y práctica que permitan fundar a una Cuba mejor y posible.

Pero no se debe esperar para que una nueva tragedia muestre la herencia patriótica de los jóvenes cubanos. El aumento en la filas de la oposición pacifica de estos muchachos, le está dando el impulso y la frescura que necesita una lucha larga, de relevo y audaz como la que libran aquellos que permanecen firme en sus trincheras de esperanza dentro de Cuba.

Como Rosa María Payá Sardinas hoy encarna la presencia juvenil en el futuro democrático de Cuba, los demás seguramente se alistaran para defender sus derechos desde el protagonismo de la acción cívica

Sin juventud no hay país. Este es su tiempo.


Thursday, August 9, 2012

José Mujica y el servicio público


Se habla de la izquierda latinoamericana y, con justa razón, algunos politólogos dividen a la misma en dos corrientes: una irracional-populista y la otra democrática. La primera está formada por un grupo de naciones que siguen a ciega al socialismo del siglo XXI cuyo gestor es el presidente Hugo Chávez quien, a pesar de su pobre ilustración, trata de imponerlo como alternativa para los pueblos de nuestra América y exportarlo como el experimento alternativo al fracaso del socialismo real en la desaparecida Unión Soviética y en los países del centro y este de Europa. Se unen a ese eje los líderes de Ecuador, Rafael Correa, el Nicaragüense Daniel Ortega y la argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Contraria a esa tendencia confrontacional y antidemocrática coexiste una izquierda democrática, comprometida con los valores de la libertad, el progreso social y la alternancia política. Los partidos contrario a la derecha tradicional de Chile, Brasil y Uruguay han tomado conciencia que el mejor camino para transitar hacia el desarrollo sostenible pasa por la democracia, el respeto a los derechos fundamentales de sus ciudadanos, la libertad de expresión y la descentralización del poder central sobre el mercado. El presidente de Perú Hullanta Umala, con mucho valor y contra todos los pronósticos políticos, se sitúa en esta variante inteligente de gobernar.

De todos los presidentes de la izquierda democrática latinoamericana, el uruguayo, José Mujica, está perfilando un liderazgo moderno en su país, comprometiendo a todos los sectores sociales y políticos con el desarrollo. Su forma de gobernar y comportarse ante los medios carece de la tradición a la que nos tienen acostumbrados los presidentes de la región. Mujica, no usa corbata. Jamás ha dormido en la mansión presidencial y sus responsabilidades al frente del país sudamericano, no le ha impedido continuar prestándole atención a varias parcelas de tierra donde cultiva los alimentos que luego ayuda a cocinar y a poner sobre la mesa en el hogar donde siempre ha vivido. Su comportamiento no es populista, ni pretende romper el acuerdo de los demócratas uruguayos para perpetuarse en el poder. Según un amigo de ese país, actualmente radicado en Estados Unidos, su presidente es un humanista en tiempo de deshumanización.

Sin pretender mitificar nada, estamos ante una personalidad que se formó en las trincheras de la lucha revolucionaria, creyendo en los métodos violentos para asumir el poder. Sin embargo, un cambio pragmático en su forma de pensar, lo han convertido en un líder democrático, cuya proyección internacional supera las fronteras de su pequeño país.

Los opositores cubanos radicados en el exterior deberán recordar siempre el gesto respetuoso de este hombre cuando, en contra de la voluntad de sus colegas del Frente Amplio, decidió recibir a la Dama de Blanco, Blanca Reyes y el ex prisionero político, Juan Carlos Herreras en el años 2010. Antes de Mujica, ningún gobernante de izquierda en America Latina aceptaba la idea de escuchar una opinión contraria al régimen de La Habana, pero el presidente de la República Oriental del Uruguay, demostrando su compromiso con los valores de la libertad, lo hizo sin importarle las críticas de sus propios compañeros de partido.

Mujica es un servidor público y tiene un reconocido record que rompe todas las formalidades para gobernar. Trabaja en equipo, conduce su propio automóvil, tiene cultura de silencio, porque sabe escuchar hasta aquellos que se encuentran en otras posiciones políticas, y ejerce las altas responsabilidades de su país como un ciudadano comprometido en servir a su pueblo.

Ojala, los cambios estructurales que Raúl Castro propone para Cuba, desde hace seis años, tomen algunos de ellos, el ejemplo de José Mujica porque, al parecer, la ideología, la cual muchos filósofos aseguran desaparecerá, el gobernante uruguayo la utiliza como un credo personal porque respeta, en libertad, las diferencias sosteniendo a la democracia como la mejor alternativa para desarrollar su país.

Thursday, August 2, 2012

Un guión repetido


Desde La Habana el gobierno repite un guión conocido y puesto en escena cada vez que las circunstancias lo ameritan. Se trata, esta vez, como tantas otras, de desviar la curiosidad de la opinión publica nacional e internacional hacia otros asuntos secundarios para intentar silenciar el problema fundamental.

La muerte trágica y repentina del líder del Movimiento Cristiano Liberación, Osvaldo Paya Sardiñas y el activista Harold Cepero, en un accidente de tránsito cerca de la ciudad de Bayamo, han puesto al régimen cubano en el centro de un justificado cuestionamiento por su historial criminal y el manejo sucio que durante más de medio siglo ha hecho en la isla.

Ante los sucesos las autoridades advirtieron con suficiente tiempo las reacciones internas y externas para acomodar nuevamente sus acciones. Esta vez, tratan de culpar, con una repetida maña aprendida durante tanto tiempo actuando en la impunidad del poder, al exilio de estar detrás de supuestas provocaciones para subvertir el orden político y social de la revolución. Y van más allá, cuando en un extenso editorial publicado en el diario oficialista Granma, aseguran tener pruebas de un complot proveniente de Estados Unidos en el que los pacíficos opositores se prestan al servicio de una potencia extranjera.

Los ideólogos revolucionarios, repitiendo sus acciones de divulgación aprendida en los cuarteles propagandísticos soviéticos, olvidan la inteligencia de los demás al creer que la versión de su verdad es absolutamente creíble y por tanto incuestionable.

La muerte de Paya Sardinas era deseada por el régimen porque desde el momento que comenzó a promover el Proyecto Varela se convirtió en una pieza incomoda dentro del país al desafiar el autoritarismos castrista con las armas de la razón y el pacifismo. Su pérdida significa un premio para la seguridad del estado porque contienen la voz más alta del movimiento cívico en la isla. Y es, justamente aquí, donde las sospecha nacen.

Además, las recientes declaraciones de los sobrevivientes, un ciudadano español y el otro sueco, ponen más dudas sobre la implicación oficial en la muerte del líder del movimiento liberación. El joven Miguel Carromero compareció en un video visiblemente cansado, asustadizo, con la mirada decendida y convocando al mundo a “centrarse en su libertad”. Esta última expresión, salida de sus labios, parecía un grito desgarrador, similar al de aquellos que pasaron por los gulags estalinistas. Por su parte el sueco, Jens Aron Modig, admitió todo lo admisible para salir de la isla en una comparecencia de prensa organizada por las autoridades cubanas donde repitió ordenadamente los propósitos del viaje, tal como si estuviera obligada a decirlo para poder abandonar aquel país que lo marcará para el resto de su vida.

Fueron las declaraciones del sueco los mejores argumentos para que el gobierno cubano tratara de desviar la atención hacia los exiliados. El exilio, supuestamente está armando a la disidencia interna para promover una primavera árabe en el Caribe. Así, tan fácilmente y con es imaginario, el régimen evitaría salir del cerco de sospecha que tiene encima mientras moviliza la opinión de sus tentáculos mediáticos en todas partes del mundo para que sostengan esos pérfidos argumentos y aliviar las criticas a La Habana.
Estamos ante un escenario de mentiras creado por las autoridades cubanas para silenciar la verdad en torno a la muerte de Paya Sardiñas. Volvemos a los tiempos donde la responsabilidad por los crímenes castristas recae en los que nunca lo cometieron.


Thursday, July 26, 2012

Liberación (En memoria de Paya)


La muerte de Osvaldo Paya Sardinas  y Harold Cepero en un trágico accidente automovilístico, a veinte y dos kilómetros de Bayamo, es una lamentable pérdida para el movimiento cívico cubano. Sin embargo, el fallecimiento del líder del Movimiento Cristino Liberación y del joven activista de Ciego de Ávila, no deben interpretarse como el fin de un liderazgo dentro de la organización opositora mejor estructurada, dinámica y funcional en Cuba.

En la Diana de hoy intentamos poner en perspectivas la figura de Osvaldo Paya Sardinas, comparándola con la de Fidel Castro por ser éste último el que representa el poder del totalitarismo tropical en la isla y el carácter de un guía supuestamente intachable y entregado al servicio a favor del pueblo cubano.  

Mientras Castro se atrinchera en sus ideas inmovilistas, Paya sostenía las suyas con una visión perfectiva y con la versatilidad que imponen los nuevos tiempos. El gobernante antillano negaba a Dios y el disidente acogía la doctrina social de la iglesia católica como instrumento para influenciar en la conciencia popular y promover los cambios hacia la democracia.

Fidel, en sus largos monólogos, articulaba un discurso confrontacional, lleno de odio, con evidentes dicotomías y fatalista, cuyo propósito siempre ha sido adormecer a las masas en torno a su figura. Sin embargo, en Paya Sardinas, su oratoria partía de una realidad que afecta a todos los cubanos, era sencilla, incluyente, llena de amor, creible y verdaderamente humana. El tono nasal de su voz, no estrechaba la riqueza en el contenido de sus palabras ni el alcance de sus proyectos.

Castro siempre ha estado convocando a sus compatriotas para la guerra y a prepararse a morir por defender sus ideas marxistas. En el opositor fallecido se convocaba a los cubanos a defender sus derechos en un ambiente de paz y reconciliación. Insistía en la transparencia cívica para fundar una nueva nación, tal como Vaclav Havel expresara en su obra “El poder de los sin poder”, mientras Fidel alimenta la conspiración, el secretismo a ultranza y la persecución.

Dentro del movimiento Cristiano Liberación, Osvaldo promovió una iniciativa ciudadana para llegar al poder utilizando la No violencia, sin vulnerar las leyes injustas de la revolución y sin exceptuar a los propios responsables de tanta injusticia en el país. Del otro lado, Castro promovió, dentro del movimiento 26 de julio, sus ideas a partir de métodos violentos, con asaltos a cuarteles, secuestros, se incluye el de un deportista extranjero, ejecutando a quienes se negaban a continuar bajo sus ordenes hasta sembrar el odio como una arma eficaz para llegar a las máximas instancias del gobierno insular. 

Osvaldo era un excelente padre de familia, todos los que lo conocieron daban fe de su respeto por las demás personas, era buen vecino, un hombre común y corriente, sin ideas mesiánicas, amigo, trabajador ejemplar, con una cultura cívica a flor de piel y poseía la virtud de la humildad. En la personalidad de Fidel Castro se encuentra la aberración patológica de un hombre que se cree un iluminado, poseído por un don especial que le permite, en su imaginario, estar por encima de los demás, conducir a los otros al lado de sus creencias y llevarlo al castigo cuando disienten. No tiene amigos cubanos "para evitar celos entre ellos", según sus propias palabras, mientras cosecha amistades extranjeras a los cuales se rende como una infanta envilecida y audaz. No respeta ningún orden, se resiste a mostrarse en familia, su vida es un enigma creado a partir de un mito en torno a su persona. No tiene vecino, es paranoide, con permanentes ideas de daño y persecución. Habla de los cubanos en tercera persona y compensa sus serios trastornos de personalidad haciendo sufrir al pueblo, mientras se muestra como un benefactor ante el mundo.

Paya Sardinas no solo estaba en la antípoda ideológica de Fidel Castro. Además lo superaba en los rasgos más comunes de todo ser humano porque era modesto, amante del bien común, dedicó su vida al servicio cívico, a la No violencia y a la reconciliación entre todos los elementos circunstanciales del país. No se inventó un carisma como político, no era altanero ni provocador y mucho menos buscaba consagrarse una imagen de un salvador señero y eficaz. Sencillamente, era un hombre igual que tu con virtudes y defectos.

El legado de Castro ha sido un pueblo dividido por razones ideológicas, el rencor en la familia cubana y el despojo de la virtud en la nación. Osvaldo deja, para los cubanos de todas las orillas, su llamado permanente a la liberación, cuyo alcance perdurará en el tiempo porque es una necesidad esencial para cualquier nación de hombres libres.

Thursday, July 19, 2012

Impuestos indignantes

Cuando el entusiasmo de los cubanos que reciben productos estadounidenses iba en aumento Raúl Castro lo golpea de un plumazo. Así de simple parecen ser las nuevas tarifas regulatorias, puesta en efectos a partir del 18 de junio del presente mes y otras que se harán efectivas el 2 de agosto y el 3 de septiembre de este año respectivamente, para aquellos que envían artículos y bienes a Cuba.

Los principales afectados serán los familiares acostumbrados al acceso de diferentes utilidades proveniente, en la mayoría de los casos, del mercado norteamericano, país donde residen dos millones de cubanos, cuyos lazos afectivos con la isla perdura a pesar de las diferencias políticas entre los dos gobiernos y el viejo embargo comercial y financiero.

Según los analistas, las autoridades cubanas tienen urgencia de tener en sus manos dinero en efectivo que les permita maniobrar con cierta libertad ante la crisis mundial. Para ello, establecen gravámenes altos hacia los artículos extranjeros que llegan o son enviados a la isla. El propósito es estimular que los familiares opten por enviar divisa que en definitiva terminan en las arcas del estado por ser el dueño absoluto del mercado interno del país.

Posiblemente los fundamentalistas del politburó tratan, con esta medida, mantener el control de los pequeños negocios, o timbiriches, diseminado por toda Cuba, argumentado la necesidad de evitar la aparición prematura de nuevos ricos en un país donde la miseria se ha pluralizado al nivel de Honduras y Haití.

Marzo Fernández, un economista exiliado, y que conoce de cerca las maniobras del gobierno cubano, por haber pertenecido a él, declaró al diario El Nuevo Herald que "los activos bancarios del gobierno cubano en el exterior han descendido en los últimos tres meses del año de cinco mil seiscientos cincuenta millones a cuatro mil cien millones". El escenario no podía ser peor, de ahí la injustas medidas de imponer un valor agregado a los envíos de recursos a los familiares en la isla.

Una politóloga checa, cuya identidad pidió mantener en el anonimato, considera "una torpeza tales disposiciones en un país abatido por la crisis y la incapacidad para producir autosuficientemente alimentos para su población".

Raúl Castro, recientemente visitaba Viet Nam y al parecer que olvidó preguntarles a los líderes de aquel país como resolvieron sus problemas con los millones de exiliados que enviaban recursos materiales y financieros a sus familias. Los cambios estructurales en la economía vietnamita son altamente reconocidos porque, entre otras cosas, estimularon el regreso de los residentes en otras naciones con todos los bienes y propiedades sin imponérseles un centavo de hipoteca, lo cual contribuyó a estimular el desarrollo de su riqueza hasta convertirse en uno de los países con mayor taza de crecimiento en el mundo.

La economía socialista de mercado, del país asiático, ha impulsado el desarrollo industrial en Viet Nam, ha reducido los niveles de pobreza y hoy aquella nación, enemiga de Estados Unidos, se ha convertido en una de la más importante exportadora de café y arroz del mundo. Productos vietnamitas de alta calidad, son  visibles en el mercado norteamericano y la política económica de los líderes comunista se orienta a seguir el tradicional ritmo de crecimiento de naciones vecinas como China y Tailandia.

Raúl se resiste hacer bien las tareas en casa por temor a perder el control de la sociedad. Lo doloroso es que desprecian a sus propios compatriotas amordazándolo hasta más no poder y sacándole hasta el último el kilo con unos impuestos indignantes e improcedentes. Lo hace porque sabe bien que un cubano en Miami, o cualquier otro sitio, no abandonará a su suerte a sus familiares en Cuba.



Thursday, July 12, 2012

Raúl Castro canta en mandarín

                                                
Raúl Castro canta en mandarín una canción antigua cada vez que tiene un chino frente a él. Su viaje al país de Mao Zedong pudo servirle para tomar experiencia del experimento asiático donde socialismo ortodoxo y capitalismo nadan de la mano, también para contentar a los dirigentes de aquel país con sus cambios estructurales en la isla, buscando atraerlo al Caribe con inversiones que le den respiro a la profunda crisis en la economía en la isla y quien sabe, si volvió a repetir la misma cancioncita china aprendida en una escuela comunista.
Los reportes del viaje hablan de acuerdos de colaboración económica millonarios, de cercanía ideológica y de hermandad. Al volver la vista atrás, parece este viaje un calco de aquellos de Fidel Castro a Moscú, donde la cúpula soviética y el gobernante antillano firmaban tanto acuerdos como fueran posibles para potenciar el crecimiento, el desarrollo y la prosperidad en la isla. A decir verdad, se fueron los rusos y Cuba quedó peor que cuando llegaron. Ahora vienen los chinos, sin saber cuando partirán, a intentar un milagro con Raúl al timón de la nave revolucionaria.
La segunda parte de su desplazamiento por Asia fue Viet Nam. Allí, que se sepa no cantó, pero pidió arroz, que es lo que mejor saben regalar los vietnamitas. Atendiendo bien los propósitos de la gira, particularmente creo, que el general fue a observar como acomodar su sistema a las inversiones extranjeras, a los nuevos ricos, a un partido único continuista lidiando con las leyes del mercado, con las desigualdades sociales, los viajes al exterior de una mayor cantidad de cubanos y los campos de golf.
Raúl, aparenta estar intencionado a copiar parte del modelo, pero no la integridad del mismo. La razón puede ser que existe un temor ostensible en la nomenclatura cubana a perder influencia en la sociedad, justamente ahora que el pueblo ha perdido la confianza en sus líderes. Dicho esto, Raúl buscará el arroz de Vietn Nam para garantizar la canasta de supervivencia, los televisores pandas en China, para enviarle a la gente su mensaje revolucionario, pero no liberará la economía al conjunto de la sociedad, ni dará todas las garantía a los inversores extranjeros y menos permitirá que el gran capital cubano en el exilio forme parte de sus cambios orgánicos. 
Si en los dos países amarillos del continente asiático Raúl buscaba ayuda para la economía, su paso por el Kremlin, en Rusia, es para comprar armamentos que le permitan sostener el control militar sobre el pueblo cubano. El presidente Putin, que no oculta su añoranza por los años de gloria de la Unión Soviética, declaró que la relación con Cuba hoy en día es más pragmática. Sin embargo, El heredero de Fidel quiere firmar acuerdos militares para modernizar su viejo arsenal soviético con nuevos tanques, submarinos y otros medios tecnológicos militares.
Con esta escala en Moscú el hermano menor de Fidel Castro pone en dudas sus intenciones de mejorar la situación económica en la isla. Si balanceamos el propósito de los acuerdos con China y Viet Nam, todos de carácter mercantiles y financieros, con sus deseos de obtener armas de los rusos, se observa que gravita en la mentalidad del general, como prioridad para Cuba, los tanques, submarinos y medios de guerra por encima del arroz de los vietnamitas o a los televisores chinos. Para dar en la diana y hablando claro, le interesa más tener equipado a su ejercito que garantizar una dieta digna en la mesa de cada cubano. Y aquí se contradice Raúl porque una vez dijo, en un arrebato populista, que eran mas importantes los frijoles que los cañones. 
Esta visita a Rusia nos hizo recordar a todos que Raúl Castro es general y por eso se observa incomodo en traje de Armani y le quedan tan mal los nudos de corbatas.