Wednesday, February 18, 2015

Apuntes sobre sucesos de Cuba

I

La cháchara de Elián.

El padre de la neuropsicología, Alexander Luria, afirmaba que “el lenguaje (palabra) era el más interno de los actos humanos”. Con sobrada razón, el científico ruso expresaba que hablar implica un acto superior que permite medir el mundo interior de las personas, su inteligencia, la profundidad de su cultura o la ignorancia, sus motivaciones, deseos, las necesidades (móvil de la conducta humana), las frustraciones, dolencias y un sinfín de sucesos asociado a la naturaleza oculta de cada individuo.

Escuchar a Elián González en sus recientes declaraciones, a través  de un video grabado en La Habana, invita a remitirse al doctor Luria. El discurso del balserito es tan difícil de estructurar, a pesar de la facilidad del tema en cuestión, que impresiona poseer un analfabetismo mayor. Es redundando, lo cual no le permite sintetizar las ideas y menos coordinarlas adecuadamente. Sin embargo, no se muestra nervioso, lo cual pudiera justificar su devaneo, e insiste en alcanzar el punto esencial de su oratoria con mucho trabajo y perturbación.

Este apunte no intenta deshonrar al cadete Elián ni mucho menos. Solo trata de advertir un defecto psicológico visible en la personalidad de este joven que está formándose con rigor para que lidere, no solo su vida, sino las de otros compatriotas suyos. Y es extraño que sus mentores revolucionarios no se percaten de esa incapacidad expresiva porque cada vez que el muchacho abre la boca da pena, no por lo que dice, sino como lo dice.  

II

Repudiar a una dama. 

La algarabía  en las redes sociales, acerca del rechazo mayoritario que hacen las Damas de Blanco a una de sus integrantes, ha obligado a que esa valiosa formación cívica pierda un tanto de credibilidad. ¡Que lastima!

El hombre es el conjunto de las relaciones sociales, repetíamos en las clases de marxismo para explicar cómo se expande el contagio de ciertos fenómenos en la sociedad donde intervienen los hombres. La revolución cubana es un criadero de obscenidad y ese mal atrapa hasta las mentes más brillantes que existen en el ruedo de sus influencias. Gusteve Le Bon, explicaba como una aureola irreflexiva y fanática puede perturbar las defensas de las personas dentro del tumulto apoteósico de una revolución, hasta convertir a los individuos, cuando pierden su individualidad, en intérpretes del error.
  
Vaclav Havel, el desaparecido líder de la Revolución de Terciopelo en la antigua Checoslovaquia, sugería que la mejor arma contra una dictadura totalitaria es la transparencia en la actuación de los opositores o disidentes. Responder a un supuesto infiltrado puede no ser parte de un programa cívico y es mejor que no lo sea cuando los objetivos apuntan hacia algo mucho más importante.

La experiencia sirve para aprender. Y para ilustrar a los líderes, invitarlos a leer, pegar el odio a un consultor, ejercitarse como políticos, acudir a las bibliotecas y hacer la diferencia.

Lo triste de las imágenes que circulan en la red es que nadie, al menos no se ve en el video, haya intentado parar aquel remedo al peor estilo castrista. ¡Que Lastima!