Wednesday, March 29, 2017

Donald Trump y la lógica del tropiezo

             Levantamos primero la polvareda y luego nos quejamos de no poder ver.
                                                                                           George Berkeley
La política no es un ejercicio absurdo. Nunca lo ha sido y jamás lo será. Y como tampoco es una formulación numérica, la aplicación de reglas aritméticas no cumple con ella en la exactitud. De ahí su complejidad y encanto. El poder que posee y su vulnerabilidad. La suerte de acoger a todos, incluso a los que dicen no prestarle atención, y de marcarlo todo.
Donald Trump, cuya presidencia ha estado marcada por la polémica, viene a la política sin los tintes de quienes han vivido de ella. Irrumpe hablando como el hombre común, políticamente incorrecto, y choca con los calculados croquis del establishment. - No es de lo nuestro -dirían algunos de su propio partido con justificada razón. – Muy cierto, -se responden otros, los nuestros hacen lo mismo que otros han hecho antes. Parece que esa verdad se impone en el concierto de las grandes discusiones políticas americanas. Es tan cierto que se hacen los ajustes necesarios para, como el perro cuando traza con orina los límites de su territorio, indicar hasta donde se puede llegar en ciertas cosas y hasta donde no. Esas fronteras, que no son invisibles, han comenzado a herir el entusiasmo de los cambios que desea Trump.
El hombre, es afecto en su esencia. Su orientación hacia lo desconocido es parte de una inquietud natural que lo invita ir más lejos sin dejar de mirar de donde ha salido. Cuando emprende un camino prefiere hacerlo con gente conocidas, que piensen igual o que compartan intereses similares. Si aparecen intrusos se rebela y rebate con fuerza todo lo que no sea equivalente a su credo anterior. Eso funciona con el presidente Trump. Éste, a pesar de vivir en la órbita de lo extraordinario, ha comenzado a sentir el desvío del aprecio sin ser casualidad.
Así actúan algunos dentro del ala republicana contra la Casa Blanca. Asumiendo su poder, lo cual es válido, para advertir que los poderes en América se ejercen, se amotinan detrás de su rango para reducir el curso de lo novedoso. Lo delicado del caso es que se desmarcan tanto de los retos actuales que asumen el rol de tránsfugas enfurecidos, adversarios de aquellos que no ven como suyos.
Los tropiezos del presidente pasan por esas advertencias de una potestad paralela, legítima y capaz de anular su iniciativa de hacer lo mejor para el país. La sensatez llama a la puerta republicana con el mensaje de unidad. Ahora es el momento, mañana puede ser tarde.

Tuesday, March 21, 2017

Raulismo mágico

Cuando Fidel Castro traspasa el poder a su hermano Raúl, en febrero del 2008, se abría una nueva era para Cuba y los cubanos. Nadie, hasta entonces, podía creer que el menor de los Castro fuera un malabarista con habilidades de prestidigitador. El histórico general, llegaba a la cúspide dispuesto hacer la diferencia. Desde entonces, hasta hoy, su poder circula por un espejismo transversal acuñado en la veracidad. El secreto radica, en la capacidad de Raúl Castro para acomodar en la soledad onírica de su potestad a los enemigos históricos y atraerlo a su contigüidad. Mostrando la zanahoria en su mano derecha y sosteniendo un escudo en la otra, logra congraciarse con Estados Unidos y encantar al presidente Barack Obama. ¡Ah!, eso sí, con la advertencia de volver a las trincheras, de su hermano mayor, si encontraba resistencia a sus ideas.

De repente, Europa, tan culta como vieja y a veces perdida en las circunstancias de su vejez, cambia su política hacia la dictadura. El mismísimo Dios, recibe a Obama con lluvia en La Habana, vaticinando, según los Orishas, un futuro mejor para la isla pero, otros creyeron que era el llanto de los muertos de Fidel. Después, Francisco, el Papa de la Pampa, daba el aldabonazo apropiado con su visita a Cuba para indicarles a todos que las puertas del país se abrían al mundo pero, no a su pueblo.

Era el nacimiento del Raulismo Mágico, cuya definición indica una distorsión  social, política y económica (también psicológicas) de la realidad cubana con el interés de mostrar lo irreal como si fueran verdades cotidianas. A partir de ahí, todo era posible. Un borrico chipriota, podía aparecer convertido en un caballo árabe de pura sangre, la Batalla de las Ardenas, una simple maniobra de euforia Nazis y el hundimiento del Titánic, una invención de Hollywood. Intramuros, donde el surrealismo tropical advierte la posibilidad de lo imposible, aparecen, para suerte del régimen, agoreros modernos que hablan de cambios. El propio Raúl, vestido de traje y corbata, no es un general y el oficial de uniforme tampoco empresario de un hotel. Viajeros, encantados sin los epítetos de mercenarios, hacen rutas por los cielos del mundo en hombre de la libertad  y un montón de ideas protestan bajo el agua profunda de la orilla; donde nadie las puede escuchar.





Friday, March 17, 2017

Mariela Castro, no se apercibe de la realidad

Raúl Castro, como ante lo fue su hermano Fidel, es un nefelibata que ha logrado inculcar a su hija Mariela el credo inmortal de la revolución. La infanta, poseída por sus genes y el poder, asegura que el pueblo cubano “no quiere virar hacia el capitalismo” porque, según sus palabras, “seguimos inventando el socialismo”. Nadie puede demostrar, históricamente, que el socialismo proporcione un nivel de vida superior al capitalismo. Sin embargo, desde la celaje onírico y revolucionario, donde Mariela inverna, no es posible concebir otra cosa si su estilo de vida supera a cualquier millonario de Malibú. De ahí deriva su parte de razón porque ese es el socialismo que conoce y desea mantener. Mariela no se apercibe de la realidad y tampoco puede. Sus privilegios, como usufructuaria rica, abogan por el sistema actual mientras ella (y los suyos) se mantienen protegidos dentro de una burbuja del gran capital que llaman socialismo.   

Tuesday, March 14, 2017

Los guapos del carnaval

La escala valorativa de muchos cubanos, recién llegados o no, indica que el nivel de sus necesidades pasa por lo perentorio. Es decir, aquello que sugiere una necesidad primaria, básica e insustituible. Después, cuando la misma escala quisiera aplicarse, para intentar saber que móviles de carácter superior sostienen a esas personas, se tropieza con un vacío invisible, capaz de indicar la falta de necesidades superiores y el predominio de las ineludibles. Si alguien desea conocer, por razones investigativas o simple curiosidad, como están las cosas en Cuba, basta con conversar con algunos de los que llegan. El horizonte máximo pasa por salir del país y luego, restablecido en cualquier sitio del mundo, regresar a donde salieron cargados de bisuterías para ostentar, ante la miseria de sus compatriotas, la riqueza que no tienen.
Pero el hombre, como conjunto de las relaciones sociales, no cambia de la noche a la mañana. El cambio, que para Von Mises, (…) es una mutación voluntariamente provocada (…) donde se trueca una condición menos deseable por otra más apetecible, se da cuando la persona se orienta hacia lo nuevo sabiendo del alto coste de su decisión. “Cuantía que es igual al valor que se atribuye a la satisfacción de la que es preciso privarse para conseguir el fin propuesto”. Para muchos cubanos, ya sea aquí o en Europa, no parece aplicar tales generalidades. El cambio, según demuestran sus acciones, es desplazarse de un lugar geográfico a otro. En esos sitios intentan preservar los hábitos, usanzas y el día a día del país de origen. Indica la lógica, que las perspectivas gananciales son bajas y las necesidades espirituales se anquilosan en la superficialidad. El referente siempre seguirá siendo el estilo de vida de donde proviene y no las nuevas exigencias, éticas, sociales, y políticas del lugar donde se está.
No estaría de más, si alguien se motivara a curiosear, saber quiénes fueron los actores de aquella batalla campal en el Carnaval de Calle 8. Según las imágenes, todos eran jóvenes y al parecer cubanos. Su reyerta, recordaba las broncas de una cervecera, en cualquier lugar de la isla, o el de una cola por un artículo de valor. Ahí, justamente, en esas acciones se encuentran algunas de las respuestas a las interrogantes sociales acerca de la herencia del castrismo como sistemas político.
El cambio en Cuba pasa por tener en cuenta a estos cubanos. Personas que asumen el valor enfrentándose entre ellos y nunca contra el sistema que les obliga a salir. Todo, porque el valor en la isla también es un patrimonio del castrismo que considera al hombre valiente cuando se orienta, únicamente y de manera incondicional, a defender la revolución hasta morir por ella.
Mirándolo bien, en el intento de ser objetivo y evaluar nuestra realidad, falta mucho por madurar. Lo triste es que el régimen lo sabe y azuza el fuego de nuestras debilidades para que sigamos incinerándonos en él.

Saturday, March 11, 2017

Los viejos buenos, la llave y una ciudad

Los muros que sitiaban las antiguas urbes tenían varias puertas y cerraban a ciertas horas para evitar los ataques de vándalos. Allí, las llaves, justificaban su función. Que una ciudad moderna tenga la suya, suena raro. Sin embargo, ahí están, como un símbolo de cierto valor, convertidos en regalos para homenajear a los personajes del momento. Miami, un lugar que funda su esplendor gracias a los primeros cubanos que llegaron a partir de 1959, entrega su llave con periodicidad. Ahora mismo, Gente de Zona, un dúo muy popular entre jóvenes, que morirá con el tiempo por su mediocridad, recibe el galardón y surge una pregunta. ¿Qué han hecho para merecerla más que un preso político o una heroína que dio su hijo a la causa de la libertad de Cuba?
Miami, es una urbe que se pudre por dentro por lo que recibe de afuera. Para ser exacto, de Cuba (la verdad es desnuda) arriban por montones muchachos (con suerte) que pisan el orgullo de los primeros, a los que llaman malos, adjetivo aprendido en los magisterios revolucionarios de Fidel, con deseos de superar todos los sueños americanos. Es curioso, que no lo pueden ocultar porque el apego mental a los dogmas del castrismo brota a flor de piel, acompañado del lenguaje pernicioso que poseen.
Son los cruzados de estos tiempos. Ignoran la historia de donde vienen y viven y están dispuestos a borrar un pasado que repudian y no les pertenece. Atacan a los buenos y viejos cubanos de la ciudad como si fueran albigenses o cátaros que deben a morir por voluntad expresa de un Rey habanero. La Habana, no se adecúa a la larga y firme verticalidad de la resistencia de estos miamenses. Y aparecen, como por arte de magia, visibilizándose en los medios con orgullo insustancial por la ocasión, los cómplices de siempre. Aquellos que miran a las montañas y sólo ven árboles. Pueden ser alcaldes, comisionados, directivos exitosos o gente de a pie. Todos, por sus entusiasmos ardorosos e incapacidad para medir, confunden las malas intenciones con propuestas buenas. Miami, es una ciudad amenazada por el contagio de quienes imponen, en silencio y a gritos, el estilo de vida del solar, del comité, las federadas y los delatores (perdón, quise decir chivatos)
La isla, ya lo sabemos, vive sin la historia de ayer. En Miami, muchos quieren escribir la de esta ciudad borrando las huellas de los que pisaron antes sus calles. A la vista de todos, actúan, con absoluta impunidad y como perros por sus casas, porque intentan rescindir el último reducto de dignidad que tiene Cuba. Lo hacen para sofocar sus voces en los medios, arrinconarlos en la nostalgia, convencerlos que están equivocados y asegurarles que jamás volverán.
¡Vaya castigo para los que abrieron el camino!

Wednesday, March 8, 2017

El Metiche oficial (La fiesta del Cangrejo) *

Cuba, en fin de cuenta, es un país mágico. Singularidad apropiada para creer en todo lo imaginable, donde lo incierto puede ser certeza y no una mentira o la verdad un disimulo a tiempo. La isla no es una casualidad, como siempre he creído, ni un archipiélago apretado en el mar, entre dos meridianos. Cuba, es una invención perfecta y mal calculada, un obscuro misterio no resuelto y un aprendizaje de lo mismo. Puede ser, lo cual es posible, un manicomio de infantes sujetos al fondo de un hueco sin final intentando llegar a donde partieron. Así impresiona el sitio donde nacimos y queremos morir. Así, para ser más exacto, lo presentan al mundo sus dueños de hoy.

Raúl Guillermo Rodríguez Castro, nieto del generalísimo dictador cubano, un guardaespaldas joven, de linaje imperial y carácter ligero, celoso guardián de las costumbres familiares y de bajo CI, demostraba, con un baile ramplón y desafinado, la magia del país que han robado.  El Cangrejo, así le apodan, convertido en una celebridad, por su torpeza en Paris y su obsesiva pasión por chupar cámara, nos ayuda a entender el país que tenemos. El poder total lo permite todo, demostraba el muchacho desde el escenario, y se ejerce de la mejor manera. Lo suyo no era otra travesura porque atravesara su voz de militar para desentonar a los cantantes de una banda musical. Lo suyo, son mañas aprendidas del clan donde los límites es el cielo. Y estaba feliz el joven guardia porque era su fiesta.


Raulito, no es un simple metiche oficial y sus locuras no son cosas de la edad, sino asunto de estado. Si su tía Mariela, quien convoca jolgorios, gracias al visto bueno de papá, con los homosexuales salidos del closet, lo hace en nombre de la patria, puede que el cangrejo, con su despelote, lo haga también porque el folclor revolucionario es su carnaval.  

* Por sugerencia de mi amigo Edmundo...

Friday, March 3, 2017

Aniversario del libro libre

Un día como hoy, hace 19 años, en mi apartamento B3, Reparto Buena Vista, en Victoria de Las Tunas, fundamos el Proyecto de Bibliotecas Independientes de Cuba. Félix Varela, aquel que nos enseñó a pensar, era el nombre de la primera biblioteca libre. El nacimiento de la iniciativa toma forma después de escuchar las palabras del dictador cubano, Fidel Castro, en la Feria Internacional del libro de La Habana, en 1998, cuando declaraba: En Cuba, no hay libros prohibidos, lo que falta es dinero para comprarlos” Aquella fisura en el sistema, nos permitió inundar a Cuba de libros llegados de muchas partes del mundo y la idea se generalizó, a toda velocidad, hasta convertirse en un espacio para promover la lectura sin censura. Dio la oportunidad a miles de cubanos para acercarse a la obra de autores del patio y extranjeros censurados por el régimen cubano. El alcance de BIC accedió abrir las puertas de cientos de hogares cubanos, que perdieron su intimidad, por ofrecer libros. Leer es crecer, dijo Martí, fue nuestro lema. Las bibliotecas libres son un lugar oportuno para educar mediante la lectura a un pueblo tabulado para vivir en servidumbre por el poder torcido de la ideología total.

Posiblemente, el mejor servicio que he podido ofrecer durante toda mi vida a una causa, y a mi gente en Cuba, ha sido convertirme en promotor de valores democráticos mediante la invitación a leer y a que todo cubano se deje acompañar siempre por los libros. Mi mayor patrimonio en Cuba, después de mis hijos y mis padres, fueron los libros. En Estados Unidos, también lo siguen siendo. A los que me acompañaron en aquellos duros años y a los que en Cuba sostienen la lectura como motor de cambio, FELICIDADES.

Wednesday, March 1, 2017

Algunos apuntes del discurso de Trump


El presidente Trump ha superado una prueba de credibilidad política ante el pueblo estadounidense. Su discurso, en el congreso de la nación, repleto de verdades y sin retoques ideológicos, le permitió mostrar atributos de estadista, meridiana elocuencia, talante  y racionalidad en sus ideas. El inicio no pudo ser mejor. Para ser “políticamente correcto”, se ubicó en el mes de la herencia negra para ofrecer su homenaje al americano de ascendencia africana. Después, a diferencia de Obama, enumeraba los problemas del país y sus posibles correcciones llamando a la unidad de todas las fuerzas en el parlamento. Fue aquí, donde nos dijo que, a pesar de provenir de un mundo diferente al de la mayoría, sabía los problemas de la gente e indicaba las rutas para hacer lo que llama una América mejor.

Los demócratas, en una bancada vestida de blanco y con lazos azules, no pudieron boicotear el discurso del presidente y tuvieron, por vergüenza más de una vez, que aplaudir sus palabras para evitar el juicio moral de sus conciencias. Fueron invitados, varias veces, a compartir la responsabilidad de devolver el lugar que América va perdiendo en el mundo, sin embargo, su respuesta, al discurso de Trump, exhorta al atrincheramiento y a la deslealtad.

La serenidad, el dominio del escenario y el énfasis en lo esencial, mostraban a un presidente convencido y entusiasta. Creativo y reconciliador. Optimista y actualizado sobre la nación y el mundo. El interés por erradicar la violencia en las comunidades jamás había sido tratado con tanta claridad por un mandatario americano. La prioridad en la formación de valores, a través de la escuela, implica un novedoso y necesario cambio en el sistema educativo del país. “La educación, dijo, es el tema de derechos civiles de nuestro tiempo” Y es verdad, más de una vez me he referido a la urgencia de invertir en la educación para superar el retraso cultural de los afroamericanos e inmigrantes latinos. A propósito, pocas horas, antes del discurso en el congreso, Donald Trump se reunía con directivos de Collages y Universidades negra con el ánimo de ofrecerle recursos para mejorar la calidad de esos centros docentes. Sin embargo, los medios, en lucha frontal con el mandatario, destacaron, con una foto como prueba, como una colaboradora suya se arrodillaba sobre un sofá e ignoraban la importancia de aquella reunión.

El discurso de ayer, invita a superar los miedos y el pesimismo. El presidente llama a la unidad para asegurar la vida de quienes vivimos aquí y aleja de todas dudas la construcción de un país caótico y bananero, como suponen algunos. Quienes deseaban gritos de guerra escucharon su llamado a la paz.


La era Trump, se inicia con este discurso. Si en la carrera hacia la Casa Blanca muchos no entendieron su programa, anoche desvistió las páginas de su hoja de ruta.