Tuesday, October 16, 2018

El Doctor Sánchez se alista para visitar Cuba.

El “doctor” Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, viajará a Cuba en la segunda quincena de Noviembre. Es un viaje apresurado y conveniente para este señor, si tomamos en cuenta las circunstancias que llevaron al líder socialista a la Moncloa. Pocas visitas oficiales se fraguan en tan breve tiempo. También está motivado por la invitación de Díaz Canel, cuando ambos se encontraron en New York hace unas pocas semanas atrás. El Dr. Sánchez, un socialista afín al marxismo de Podemos y Pablo Iglesias, es digno de estudio. Su cara habla por él. A primera vista, se le ve comprimiendo el odio contra todo lo diferente a su imaginario político. Es rabioso y no puede esconder su desanimo cuando algo funciona al revés a su credo. Es un tipo que asusta, a pesar de su juventud, porque ambiciona el poder de manera feroz. Además, por lo visto, no tiene escrúpulos para nadar contra corriente y para decir NO aunque cueste el hundimiento de la barca. Yo no vino en España, pero leo las noticias en los diarios de allí, veo los noticiarios internacionales y las opiniones de los expertos. En ello descubro el retrato de un hombre aferrado a cambiar la historia por decreto y a buscar alianzas con quienes desean hacer mil pedazos de la España grande, que al día de hoy no parece eterna. Creo ver en su rostro -que habla por él- a la estirpe castrada del comunista real, camuflado detrás de las cortinas democráticas y la formalidad parlamentaria, reinventándose en un siglo convulso y confuso, donde golpear es válido y al precio que sea. ¿Qué hará en Cuba? Legitimar a la dictadura, congratularse con haber pisado la tierra de algún antepasado y aspirar a la gloria de un déspota caribeño. A defender los intereses económicos de los españoles que no quieren negros en sus negocios, pero si multas en sus camas. Y a conquistar, de eso si estoy seguro, el agrado de la élite castrista por convertirse en facilitador del reconocimiento en la Unión Europea a la última dictadura de occidente.

Sunday, October 14, 2018

La felicidad

Si, por ejemplo, pudiera estar en un lugar, donde la felicidad fuera abundante, mencionaría a Cuba. Me atrevería, como lo he hecho siempre, a criticar el goce desmedido de los que van allí para luego presentarnos acá a un país idílico y saturado de júbilo. Donde, al parecer, antes la mirada ingenua del visitante, no aparece la miseria, la falta de libertades y el fantasma del miedo cerval. No llevaría medallas en mi cuello o panfletos edulcorados de firmas importantes. Ni ostentaría de nada. Contrario aquel que alquila prendas de valor para valorarse como superiores antes su familia y los vecinos miserables del barrio pobre donde nada ha cambiado. Arribaría con muchísimas ganas de mostrar que el mundo fui pisado por mí y que en sus esquinas nunca encontré el agravio. Que el paraíso no pasa por una dictadura y mucho menos por la esclavitud. Que la libertad es un don tan preciado que todavía en pleno Siglo XXI hay personas muriendo por ser libres. Ilustraría un catálogo de sitios inhóspitos, catedrales antiguas y murallas perdidas entre las raíces salvajes de un bosque inexplorable. Contaría que París no es solo una ciudad, sino un arcoíris de colores y que es Estocolmo no siempre es tan frío. Después, siguiendo el guion ajustado al invento o al delirio, comentaría los encantos de los fiordos y la tranquilidad del rio Voltava y los peligros de Beirut. Pocos me creerían porque muchas personas allí están ocupadas en sus quehaceres indoctos y sus fronteras son los sitios donde alcanzan a escuchar el grito del vecino. La mayor parte de la gente quiere escuchar las historias de la abundancia y el derroche del capitalismo. Lo importante es el cash, la moneda verde o una pacotilla de la yuma para exhibir el éxito de los que se van. 
No exagero, nunca lo hago, pero esta vez, como tantas otras, no me avergüenzo de no poder estar en ese sitio de felicidad abundante. Alguien me criticaba por tanta dureza conmigo mismo. Por irracional y tonto. Por la obcecación y sandez. “Vete a Cuba es gozar de lo bueno”, me sugería un gringo (no tan viejo) que estuvo allí y aprehendió los placeres más grandes de su vida. “En Cuba emborracharse es lo mejor. Es único e irrepetible y nadie te mira mal. Todo es fiesta. Un carnaval perpetuo… una feria.” Y parece verdad, porque aquellos que creen en los auspicios del horóscopo, lo sublime se alcanza en esa isla del trópico. 
Un barcelonés, frustrado con su identidad, viajó a Cuba enamorado del país y al regresar se daba cuenta que su fascinación no era aquel trozo de tierra, sino una mulata santiaguera. Se hizo pasar por rico con dos mil euros en el bolsillo. Nadie advirtió en sus manos, de constructor barato, las callosidades perpetuas, ni en su rostro las arrugas del sol mediterráneo. Sin embargo, contaba de sus travesías por el norte africano, de sus viajes a Kenia y las matanzas de leones en las planicies eternas del África austral. Llevaba cadena de oro de pocos quilates y un reloj automático comprado en un mercado de segunda. Las putas (aunque nos avergüence) y sus parientes lo acogieron como a un Dios. Como al ilustre visitante llegado de Europa donde todo es mejor. Tuvo sus días de gloria aquella vez. Regresaba a su país e invitaba a todos sus amigos a visitar la isla. “Qué país, que mujeres macho,(…) allí todo es bueno” – decía con cierta arrogancia. Las anécdotas eran tan triviales como la vida misma de la gente en Cuba. Y creyó que el paraíso y la felicidad pasa por dormir con tres mujeres -una por noche- o sentirse más importante que los hombres de allí. Nadie le habló de un libro de Arenas, Zoé o Cabrera Infantes. Tampoco de Leví Marrero o Moreno Marginal. Menos del son y la guaracha o de la canchánchara mambisa. La verdadera historia, las tradiciones y los valores visibles de nuestra cubanía languidecen y nunca son contadas a nadie. ¡Qué poco importa! Sin embargo, regresaba cargado de los últimos éxitos del reguetón y algunas postales de la parte restauradas de la capital. También de sus playas. Y algunos videos de su intimidad con el rostro perpetuo de placidez de aquellas mujeres desgraciadas que le hicieron creer que Cuba es la arcadia de la felicidad.

Wednesday, October 3, 2018

Open Letter to Robert De Niro


Mr. Robert De Niro:

Richard Fisch wrote: “The unattainability of a utopia is a pseudoproblem, but the suffering it entails is very real.” I borrow these works to address the last part of the statement with you; the part that refers to real suffering. I do so on my own and with no pretensions whatsoever because of my astonishment upon having seen you paying tribute to the representative of dictatorship that has been in power for sixty year. In addition, there are thousands of Cubans who were also shocked at seeing you, a world known celebrity in the world of film, supporting a regime that oppresses its people and denies them their freedom. And yes, Mr. De Niro, there is extended suffering at the very soul and core of the Cuban nation and those responsible for this take pictures of themselves with you with total impunity. Those who remained behind suffer, as do those of us who left, and even those just being born. They too bear the burden of a certain anxiety upon arriving into a world where they nothing any different from the suffering of their parents and grandparents.

The Cuban dictatorship is like the Mafia, although it does not move about in secrecy. It functions just like a criminal organization when it flexes its power through force, violence, crime, prison and exile. Sir, you who have played Mafia roles in films should easily be able to understand what I am saying to you now, and the gravity of the issue in which you are now implicated due to your complicity. Perhaps, since anything is possible, you do not know about reality in Cuba or have come to believe the propaganda spread by their mouthpieces there and elsewhere. The revolution is glorified and even presented as a possible and necessary model for improving the lives of peoples around the world, but that is not true. If it were, if you have been so convinced that you have come to believe that Cuba is an example, ask those who spread that information what is going on in Cuba regarding human rights, how many prisons the dictatorship has built, how many Cubans have left for any where in the world after 1959 how many died and are dying trying to leave the island? Just to erase your doubts, look into how many people have been imprisoned for distributing books, engaging in independent journalism, organizing outside official parameters, or criticizing Fidel Castro.

On June 11, 2018, you publicly criticized the Cuban president from Toronto, Canada. The news of it went viral. To my knowledge, no one took revenge on you nor did you suffer any reprisal after that. Nor were you fired from your job. No one will block any of your film contracts. I doubt you are being watched or harassed by the police, or have you been deemed a person dangerous to the nation’s security. If those very same declarations had been made by a Cuban artist, the result would be quite different: that person would be declared persona non grata and become an excludable right after saying his or her very last word. For the Cuban dictatorship, ideas are dangerous and thus imprisoned. They are also killed.

The national history of our country has a very dark chapter that was written by Castro when he ordered the execution by firing squad of his leading political adversaries and authorities from prior to the dictatorship being established. They would be executed on live television so that the terror could be spread to the masses and that way paralyze ideals and dissenting voices regarding freedom for the people. Clearly, you have not heard about this. I am certain that you know nothing about the sinking of the tugboat called 13 de marzo, on July 13, 1994. It was a small vessel with 70 people on board who were trying to cross the Straits to Florida’s shores. It was intercepted seven miles from the Cuban coast by State Security’s elite forces Fidel Castro gave them express orders to sink it. Forty-one people lost their lives, including 10 children who today unwilling rest on the ocean floor. How repugnant might this crime have been had it been committed by Augusto Pinochet in Chile, or Jorge Rafael Videla in Argentina?

Dictatorships are dictatorships: their ideology does not matter. Being a left-wing dictator seems to be a luxurious commodity that seduces some Hollywood stars. And it definitely fascinates a group of artists and intellectuals who are in New York with you and the representative of the only dictatorship in the Western hemisphere. You have stretched your hand out to shake the hand of the person the Cuban people did not elect. He was directly named: this action is entirely a Cuban communist strategy to ensure the continuity of the Cuban communism, after the death of its historical leaders.

Mr. De Niro: history will always judge our acts and condemn those that have been despicable. Do not doubt it: you will face a moral trial will surely be found guilty for your complicity. I invite you to become interested and discover the truth about the revolution you support today. You still have time to wash off your stains and earn acknowledgment of those who have suffered serious wounds from Castroism. Do not delay. Your moral health needs it.

As for myself, I will continue watching your films. It is most definitely the case that the roles you play have no connection with your life. Yet, I will feel ashamed for and with you when I remember, lamentably, that you have put yourself on the side of those who repress my people.

COURAGE!

Ramón Humberto 
Colás