Thursday, September 20, 2012

Violencia de grupos ilegales

En los últimos meses he seguido con interés un debate cultural, político y social en Cuba, cuya amplitud y profundidad es comparable, y en cierto momento superior, al mejor análisis de cualquier academia dedicada a los asuntos cubanos en el mundo. Se trata de Estado de SATS, un foro cívico cultural que hace coincidir el arte y el pensamiento crítico sobre la realidad del país. 
Los promotores de esta novedosa iniciativa están, posiblemente sin saberlo, recreando un escenario democrático futurista donde el debate libre se erige como una virtud para comprender el entorno social de un país sometido al designio del totalitarismo, la demagogia, el miedo y la despersonalización.


Por ello no asombra que los ponentes sean parte de un abanico proporcionado por la racionalidad ideológica, de género, étnica, cultural y política. También por jóvenes y personas que peinan canas, por intelectuales, cuya solidez en sus argumentos brota al pronunciarse las primeras palabras y por otros menos ilustrados, que, sin importarles a los promotores esas limitaciones, aportan una visión particular del convulso proceso cubano.

Cada evento es filmado con especial cuidado a pesar de las condiciones técnicas con que cuentan los organizadores. Luego, son subidas a la red donde el mundo libre puede ponerse al día sobre la realidad cubana a través de las voces disidentes más representativas de aquella sociedad. Las limitaciones en el uso de Internet impiden a los cubanos poder acceder a estos foros necesarios para despertar la conciencia dormida de una nación.

En algunos de esos debates he observado, para actualizar mi perspectiva sobre la isla, conceptos novedosos que explican con profundidad el día a día de un ciudadano en Cuba. “Institucionalización de la violencia”, “violencia en la ley”, “violencia en las personas”,descomposición del estado”, “mutaciones”, para referirse a la transición, “violencia de grupos ilegales” y “monopolio de la violencia”, son algunos de esas percepciones definidas por el disidente Manuel Cuesta Morúa en una acertada exposición sobre el comportamiento del gobierno y las autoridades policiales.

Explicar cada uno de esos conceptos abarcaría más tiempo del disponible para En la Diana. Sin embargo, por la importancia que asumen en la represión contra los actores de cambio en Cuba, nos referimos hoy a lo que Cuesta Morúa llama violencia de grupos ilegales.

Estos son hatajos marginales desvinculados de cualquier forma civilizada de comportamiento que se ofrecen como turbas fanáticas para prestarle un servicio al régimen que les sirva para recobrar las migajas del aprecio social. Dicho en otras palabras, son delincuentes peligrosos, convictos por delitos comunes, violadores de las propias leyes revolucionarias, sin percepciones concientes sobre su realidad que se presentan como la parte genuina que debe defender a la revolución.

Explica Cuesta Morúa, que estas personas están sustituyendo el papel represor del policía para detener, ofender, incluso agredir con violencia a los opositores en las calles de Cuba.

Ahora, recuerdo al propio Che Guevara en su libro La Guerra de Guerrilla, cuando da testimonio de cómo Fidel Castro logró en la Sierra Maestra incorporar a delincuentes comunes, matones a sueldos y violadores a su ejercito y hasta llegó a convertirlos en fuerza de choque para los combates y luego para edificar el muro intolerante de la revolución.

Cuando un sistema político se apoya en personas con una conducta delincuencial peligrosa, es porque ha comenzado una transición irreversible en el pensamiento de los arquitectos del régimen, cuyo final es similar al de las mafias, los cárteles y las bandas de férvidos que se dejan arrastrar, como decía Gustavo Lebon, por una aureola de pasiones irracionales y llegan a cometer atrocidades contra sus compatriotas.

Los organizadores de Estado de SATS están advirtiendo al mundo como puede ser el desenlace final en un país que, como aseguran, está en transición y sus líderes acuden a los delincuentes para doblegar a quienes se les enfrentan y sostener a cualquier precio el poder. 

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