Friday, June 22, 2018
No llores por Messi Argentina
Saturday, June 16, 2018
Apuntes de un sábado de futbol
Mis
dudas
Estamos
como los niños cuando visitan a un teatro guiñol, mirando a las marionetas sin poder
percibir las manos que las mueven. La miopía apolilla nuestra inteligencia y,
en una carrera contra reloj, se apuran por acá para organizarnos. Es decir,
construir un liderazgo emergente y popular que nos represente a todos. Confieso
que todo lo que provenga de Cuba me causa dudas porque hasta de mi las tuve. Por
cierto, más de una vez. Eran en aquellos días, tras las rejas, cuando los
sicarios del régimen podían ante mi cara el nombre de mis hijos. Dios me hizo
fuerte y aquí estoy. Sin embargo, mi experiencia no me obliga a superar las dudas
sobre algunos. Ahora, sacudido por la necesidad de cambio en la isla, las nuevas
propuestas pasan por la unidad. Gastado término en política que parece no
funcionar con los cubanos. La unidad es posible, pero cuidado con ella. (Sí) He
escuchado como arremeten contra los que no se suman a cierta unidad. Es como
aquel refranero aplicado todos los días por el general Rafael Trujillo en República
Dominicana: Quien no esté conmigo, está en contra mía. En el contexto que
analizo suena más o menos así: el que no esté por la unidad es un mal cubano. Cosa
que me recuerda a los slogans del régimen. (No menciono ninguno porque son demasiados)
Lo preocupante es que, tal como yo lo veo, sólo esa unidad pasa por una visión particular
de la tragedia nacional. A los mesías (aunque carezcan de carisma) les tengo
miedo.
Sobre
cambio
El
psicólogo y teórico Paul Watzlawick, uno de los padres de la teoría de la comunicación
humana y del constructivismo radical, demostró que para hacer un cambio deben
cumplirse las siguientes etapas.
-
una clara definición del problema en términos
concretos;
-
una investigación de las soluciones hasta
ahora intentadas;
-
una clara definición concreta del cambio a
realizarse;
-
la formulación y puesta en marcha de un
plan para producir dicho cambio.
Nuestro
problema es cultural -el profesor y
amigo, José Antonio lo define como sociocultural- y de cualquier forma implica
un análisis profundo de la realidad cubana y su tragedia. Tal vez, partiendo de
estos principios científicos, del doctor Watzlawick, los líderes de la oposición
cubana (dentro y fuera) pueden posicionarse de algunas herramientas teóricas para
sus proyectos de cambio.
Thursday, June 14, 2018
Maceo, necesario hoy.
En
estos días, el rostro de un “Mambí exiliado” ha ganado espacio en las redes. Acierta
pidiendo unidad y luego se reduce a ocupar el lugar de antes, en las gradas,
distante, donde los espectadores esperan sin poder hacer nada. Las imágenes tienen
cierto impacto porque, para felicidad nuestra, evocar el sacrificio de aquellos
hombres, cuya valentía nadie cuestiona, sirve para recordarnos de dónde
venimos.
“El
pasado, como dijo el poeta, sólo como referencia y del árbol la parte que mira
al cielo”. Sin intentar establecer analogías -porque en este caso no cabe-
mostrar a un exiliado interpretando el rol de un intrépido Mambí, alimenta la
esperanza. Al menos, por un breve segundo, cuando sale a escena hasta verlo
desaparecer con el entusiasmo del infante. Volver al pasado. A nuestra historia,
es viable. Tal vez urgente. Y, tomando el ejemplo de los mambises implica apropiarse
de dos variables: dignidad y valentía.
Maceo,
necesario hoy, cumpliría 173 años. Era un Mambí ejemplar. Unificador y sobre todo valiente. Su retórica pasaba por
la acción (aunque fuera violenta) y con “tanta fuerza en sus brazos como en la
mente”, como diría Martí, instituiría la intransigencia en el carácter nacional.
Sin embargo, como malos herederos (porque a decir verdad lo somos) de Maceo
recordamos su nombre y poco –por no decir nada- su ejemplo y valor.
Wednesday, June 13, 2018
Daniel y el gavilán caguarero
Aseguran
muchos -y eso es verdad- que el mérito de los cubanos exiliados es su inversión
en la educación de sus hijos. A partir de ahí, se establece una diferencia con
el resto de las personas que llegan los Estados Unidos desde disímiles puntos
del planeta. En la mentalidad de los padres cubanos del exilio se ha fundado la
creencia que todo es posible y despliegan el máximo esfuerzo por sacar a flote
a su descendencia. Historias existen miles. Cada cubano tiene la suya, pero la
que me ocupa se expone de manera única. Es la de un joven que expresa en su
interior, en las ideas y su creación artística, los valores de la tierra
de sus familiares de manera especial.
Daniel,
nació en Durham, Carolina del Norte.
Hijo de Humberto Vidaillet, un eminente cardiólogo, natural de La Habana y Debbie,
una abogada de Oklahoma. Sus años infantiles transcurrieron en un ambiente
atípico y persistente. Las canciones de cuna sonaban en inglés y español y en
sus cenas no descuidaron aquellos sabores típicos de Cuba. Fueron esos primeros
años donde comenzaría a forzarse el carácter del niño Daniel y con él la
atracción por todo lo proveniente del país de su padre. La Guayabera, nuestra
prenda nacional, se ha convertido en su
camisa preferida y se ha impuesto en su personalidad hasta sentirnos extraños
cuando los vemos sin ella. El arroz con
frijoles negros, el plátano maduro frito, el cerdo asado y otras delicias de la
cocina cubana no han podido ser superadas por la hamburguesa u otras golosinas
de la cocina americana. Daniel, con el don de la sabiduría y la capacidad para
apreciar todo lo que posee algún valor, aprendió amar al país de su padre con
tanta devoción que su obra artística ha encontrado inspiración en los enigmas
de la isla, la vegetación del trópico, las aves y el pueblo cubano.
En
estos momentos, luego de un profundo estudio sobre ornitología cubana,
descubrió al gavilán caguarero, un ave rapaz, endémica de Cuba y en peligro
crítico de extinción y con hábitat exclusiva en la zona de Baracoa. Daniel, al
quedar fascinado con ese pájaro lo ha querido inmortalizar, y con seguridad lo
consigue, en una hermosa pieza escultórica elaborada con cucharas, cubiertos y
cuchillos de cenar. La originalidad del arte de Daniel es comparable con los
grandes porque transmite, con singularidad y sin espejismos, la transparencia,
la luz y una delicada excelencia en el acabado, cuya primera impresión es la de
un objeto salido de una moderna fábrica. Sin embargo, son las manos de este
joven quienes convierten en arte todo lo que toca.
La
creación artística de Daniel no se plantea lindes divisorios porque es tan
abarcadora como infinita en las configuraciones estéticas. Puede ir, como logra
demostrarnos, advirtiendo los matices visibles de un pez, el propio gavilán o
el mundo interior de una mujer atractiva convertida en escultura. Sus piezas aparecen
en movimiento, levitando ante un supuesto entorno que nunca es espectral o
vacío, sino yuxtapuesto a alguien o algo de significativo valor. Esta
percepción se logra, nunca por casualidad, sino
porque la abundante luminiscencia y el viso proveniente de los
materiales usados, que producen un reflejo mítico que va desapareciendo en la
medida que se escrutan las figuras hasta verlas alcanzar personalidad propia.
Las
formas geométricas, de algunas de sus piezas, posiblemente, desnuden la
universalidad de Daniel al concebir su entorno más allá del lugar donde vive o
ha estado alguna vez. Allí se aprecia el respeto por las formas, las líneas que
nunca terminan aunque estén unidas a otros puntos, sino que continúan hacia el
infinito de la imaginación. Son tan perfectas y simétricas que armonizan con
cualquier espacio donde sean ubicadas a pesar de exigir, preferentemente, un
sitio donde se priorice la exclusividad visual. La experimentación, la búsqueda
del refinamiento sutil y la sensualidad son palmarias y, obviamente, sustrae
cualquier pizca de superficialidad o facilismo. El arte puro es desnudo y
catártico. Se desvela en lo imaginativo, pero deriva de la realidad y sus
complejidades.
Daniel,
que solo ha visitado a Cuba dos veces y por breves días, es capaz de catar el
carácter del país de su padre, su fauna, la naturaleza política con las
tabulaciones ideológicas, propia de un régimen autoritario, y la pesadumbre de
la gente, es el ejemplo del hijo que sostiene con orgullo la herencia de sus
padres. Si otros hijos de cubanos nacidos en Estados Unidos interpretan a Cuba
con cierta nostalgia, Daniel lo hace con el júbilo que siempre es sostenible en
el arte. También con la inquietud de su futuro. Ese mañana incierto, distante,
confuso y esperado. Él ha comenzado asumirlo, preocupado por la gente y
aquellos seres vivos vulnerables y en peligro de desaparecer como su gavilán.
El
arte de Daniel Vidaillet merece difusión entre los cubanos de todas las
orillas. También, en otros espacios de cualquier país del mundo. Hay genios
potenciales, y Dany lo es, sin exposiciones todavía, ni critica especializadas
alabando su obra y menos, con catálogos de cabecera para las élites o la
farándula del mundo artístico. Daniel, tiene como mérito la paciencia. Es
perseverante, con ideas estéticas ilimitadas y una juventud que nos anuncia un
recorrido extenso para crear y, con ello, conmover a todos los que admiramos su
obra.
Friday, June 8, 2018
La aversión de Pedro Sánchez
En
estos días, cuando el asombro nos acosa, parecemos perdidos en las orillas de
cualquier playa conocida. Por todos los sitios, con sus márgenes, por donde
acostumbramos andar, descubrimos, sin que ello sea casualidad, como se abaten
las pocas cosas buenas que van quedando del hombre. Una de ellas, la sensibilidad.
Esa capacidad para percibir las sensaciones internas y mostrar, desde la
moralidad, ciertas valoraciones hacia las personas y las cosas, cuando pasa por
el compromiso ético con las lasitudes humanas, languidece frente a la
impotencia para revertirla al orden de la normalidad. Basta con mirar las imágenes
donde aparece el nuevo presidente de España, Pedro Sánchez, quien saluda a unos
niños africanos pobres –residentes en aquel país- y luego, cuando se aleja de
ellos, se limpia sus manos como si heces fecales hubiera tocado.
Ese
hecho revela parte del mundo interior del líder socialista español. No son
necesarias palabras para advertir el desprecio hacia personas distantes de su realidad
y de sus condiciones de vida. No muestra compasión alguna y aquel momento (muy
malo para él) lo cumplía con el rigor de un protocolo particular en plena calle.
Aquel, donde se exige aparecer cercano, compasivo y amable. Sin embargo,
ninguna de estas tres cosas pudo cumplir porque su facha revelaba un incómodo
momento al cruzarse con aquellos “seres extraños” en su camino.
Existen
socialistas, en España y en todas partes, con la capacidad de moldear un
discurso atractivo, incluyendo y seductor. Disertación para enamorar a las
masas (palabrita del marxismo apropiada para identificar a la gente) y embriagarla
con el credo de la justicia social, la igualdad y la distribución equitativa de
la riqueza. Sin embargo, la dicotomía ética, el distanciamiento, el abuso de
poder y la arrogancia, los convierte en los principales enemigos de sus
pueblos. Ellos, fabricantes de miseria y división entre los ciudadanos,
terminan actuando como burdos capataces y abusadores con ferocidad aciaga. Su doble
rasero moral los sitúa en las antípodas del hombre común.
Yo,
si tuviera a este señor frente a mí y me entiende su mano, como mis raíces también
son africanas, me cubriría con un pañuelo para evitarle una desatención. Pensándolo
bien, lo mejor sería, por razones obvias, despreciar la suya. Es lo justo. El
desprecio es un talante cuando se usa para salvar la dignidad de un ser humano.
Algunos
políticos, como el caso que me ocupa, prefieren inventarse sus dibujos animados
o un show a la medida de sus exigencias donde pueden parecer piadosos,
amigables y solidarios. Ese ‘cartoon” es posible construirlo en Europa. Al
escrupuloso Pedro Sánchez deberían advertírselo cuando tropiece otra vez con niños
africanos o, como puede suceder, si se inventa un viajecito por el continente
negro.
Subscribe to:
Posts (Atom)