Venezuela y el
acierto de Osvaldo Payá
La oposición venezolana
celebra su triunfo en las elecciones
legislativas y yo recuerdo a Osvaldo Paya Sardiñas. El fundador del Movimiento
Cristiano Liberación (MCL) sabía mejor que nadie el valor de la movilización para
producir cambios sociales. Sus advertencias, a estas horas, pocos la han tomado
en cuenta. Sin embargo, no se concibe una transición política sin movilizar
una base social sólida, cohesionada en un ideario y con responsabilidad de
patria. Osvaldo, de eso no tengo dudas, fue asesinado, porque el castrismo, con
su alta dosis de maldad tras años de experiencia, si tiene capacidad para pronosticar
lo que Nicolás Maduro no ve. El llamado a la movilización ciudadana del difunto
opositor cubano debe retomarse con urgencia como parte de una estrategia
inteligente para el cambio en Cuba. Si el pueblo de Venezuela le ha dado la razón.
¿Por qué no tomarla en cuenta?
La necesidad: Un
consenso
El impacto de la
victoria de la oposición contra el chavismo ha pasado por un consenso. ¡Vaya Idea!
Tan simple y valiosa pero ignorada. Desde niños escuchábamos decir: en la unión
está la fuerza. Y en la imaginación infantil jugamos a ser fuertes, uniendo un
equipo de forzudos para vencer al adversario cuando jugábamos a la pelota o halábamos
una soga. Cuando crecimos, la adultez no siempre es sabia, creímos en la
conveniencia de agruparnos más y más en cuanto grupo fuera pasible pero, no en
uno solo. Ah, olvidaba que al pueblo cubano, por eso del carácter y tal, le
resulta difícil ceder y esa obstinación nos ha llevado a estar obligado en
torno al fracaso que es el grupo social de la revolución. Míremelos, a partir
de ahora, nadie que venga con cuentos de caminos a decirnos que mi proyecto es el mejor. Es el momento
de hablar en plural y el consenso está esperando.
León herido,
peligroso
Fue Fidel Castro
el que más sufrió la derrota del sandinismo, en Nicaragua, frente a Violeta
Chamorro. En esos días el comandante enfiló sus garras contra la debilidad de
aquella revolución que se había desmoronado en las urnas. Hasta recordaba a su guía
espiritual, Vladimir Ilich Lenin, cuando dijo, algo así, (…) una revolución vale cuanto sea capaz de defenderse. ¿Qué le estará
diciendo a estas horas a Nicolás Maduro, a Diosdado Cabello y a los
fundamentalistas del chavismo? Me parece oírlo: Resistan, resistan. Y ahí viene
el problema, posiblemente, el gran problema porque un chavismo herido de muerte
puede sacar sus garras intentando sobrevivir. Alerta, la parte seria comienza
ahora.
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