Sunday, March 2, 2014

Retorcida solidaridad


La izquierda irracional no es solo militante. También es fanática, pero tiene un mérito, es solidaria. La prueba está en Latinoamérica donde el avance, al parecer, “imparable” de las ideas de Antonio Gramsci, esculpidas en el Foro de Sao Paulo, ha creado un parapeto de solidaridad con el autoritarismo venezolano durante la jornada de protestas populares en esa nación sudamericana. El silencio cómplice es la respuesta común de esas naciones con el presidente Nicolás Maduro.

Este factor, olvidado a veces por los actores políticos cuando gravitan en las orbitas de la pasión y en los excesos de protagonismos, es esencial para entender el presente y el futuro de un eje estratégico que tiene su fundamento político e ideológico en La Habana y el bastión económico en Venezuela. Se enlazan, a su vez, como una suerte de bufones gubernativos una estela de satélites cuyas bases van desde Managua hasta Buenos Aires, sube al altiplano de Bolivia, accede al territorio de Brasil, cruza al pequeño Uruguay y baña con las aguas del pacifico a Ecuador, Chile y Perú. 

La suerte de Maduro y la revolución bolivariana no es solo suya, sino de ese eje izquierdista que apuesta por extender el dominio de gobiernos similares en los pocos estados (Paraguay, Guatemala, Honduras y Panamá) donde el socialismo del siglo veinte y uno parece remota.

Lo trágico es que a la sombra de ese árbol se arriman varios gobiernos del mundo. Algunos de ellos con mucho poder como Rusia, China e Irán, sin olvidar a varias naciones europeas, que por su odio visceral hacia Estados Unidos, vuelven la vista al otro lado mientras en las calles de Venezuela se tiñen de sangre cuando mueren estudiantes.

En Washington, la reacción tardía de la Casa Blanca a los sucesos puso al presidente del país en el centro de críticas justificadas por los republicanos. Para entender esta postura hay que recordar aquella expresión de Obama cuando, en la toma de posesión de su primer mandato, prometía tender su mano en dos actitudes. Una, sería un puño enérgico y cerrado contra las arbitrariedades e injusticias en el mundo y la otra, abierta para buscar soluciones a los problemas globales. Tal parece que el presidente americano cree que los dictadores entienden las reglas de la democracia y extiende su mano abierta con una ambigua debilidad para encontrar como respuestas evasivas y justificaciones.

Este escenario también favorece a la izquierda irracional (definición empleada por el catedrático español Antonio Elorza) que ve al gobierno de Estados Unidos con cierta simpatía porque el presidente, por sus orígenes y el papel jugado durante su corta carrera política, no forma parte del establishment tradicionalista de su propio partido. En otras palabras, la izquierda en América Latina saca ventaja de las inercias en Washington.

Todo esto lo pudo comprender, sin muchos esfuerzos y sin proponérselo, un médico cubano radicado en Europa que visitó la capital norteamericana hace dos años y terminó bebiendo Havana Club en la mismísima oficina de intereses de Cuba en Washington. Estaba sorprendido que le permitieran acceder al lugar por su reconocida disidencia. Sin embargo, al llegar a la sede diplomática tomado de la mano de un activista colombiano, que afirma que en USA se viven los mejores momentos para impulsar las ideas liberales (entiéndase de izquierda) y por unas recomendaciones puntuales, se pudo mezclar con los agoreros del Foro de Sao Paulo y los miembros de las delegaciones oficiales de todos los países con gobiernos de izquierda en Latinoamérica. “Era un ambiente de amigos, de gente que está segura de lo que hace, como y porque lo hace”, se refería y además citaba: “el entusiasmo era el de una militancia unida”. Y esa unidad la acentuaba un diplomático de Brasil en una conversación de pasillo durante un evento de Brookings Institute cuando comentaba el cambio irreversible en la región sin la presencia de Estados Unidos.  

Aunque para Cuba ya está siendo la hora de su liberación, no hay dudas que un escenario adverso en la región atentan contra esos propósitos a corto plazo y es bueno saberlo. Las fichas a jugar en el dominó político por los oposicionistas cubanos tendrán que moverse contando también al doble nueve y si algo necesita es solidaridad entre sus miembros.

1 comment:

  1. Buen ejercicio del juicio,sano,logico .equilibrado hacen de este excelente trabajo tuyo,una cardinal aproximacion a la realidad bufonistica e incoherente de la bucolica izquierda Latinoamericana. Al final,los Machos-Man al estilo del Sr.Putin,son los que las masas embriagadas de anti-norteamericanismo,los convierten al final en una masa utilizable por la voracidad y la corrupcion politica de nuestros paises. Un abrazo Hermano !!!!

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