Tuesday, November 24, 2015

Un Son para Argentina

Los vientos meridionales son menos peligrosos, siempre han afirmado los meteorólogos cubanos y el propio Mario Benedetti en su poemario “El sur también existe”. Como el enemigo está en el norte (llámese Imperio) es posible descuidar la retaguardia porque esas fronteras son blindadas por el acero del socialismo del siglo XXI, la justicia social y el poder ciudadano (Asi piensan los ideólogos del Foro de Sao Paulo)

En casi todas las fronteras existen los acantilados. El sur danza sobre los Andes con desgano (o a la inversa) para anunciar la suerte de una nueva exigencia. Y de un nuevo grito. No es en Managua, ni en Caracas y menos en La Habana donde se anuncia un nuevo albor. Esta vez, y no es casualidad, el más austral de los países regionales, dijo basta a la mentira y al despojo descarado de una izquierda iracional que se hunde en el muladar de su histeria populista.

Que sea Argentina la nación Latinoamericana que retorne al orden constitucional, después de la elección de Mauricio Macri como presidente democrático de ese país, es una buena señal para el resto de las democracias regionales que han estado ensayando una alternativa de país inspirada en el analfabetismo chavista, que los hunde en la pobreza, la corrupción y la desigualdad.

Un tango argentino viene bien a esta hora. También un golazo de un pibe en las calles de Rosario o un brindis con vino  Malbec Nicasia Vineyard  en cualquier taberna americana. Brindar por Argentina es una necesidad para sitiar a los que quieren sembrar la desconfianza en un continente urgido de valores cívicos.

Ojalá en Caracas revisen las agendas del chavismo inmoral y abusivo que el inculto Nicolás Maduro trata de sostener, en una cuerda floja, elástica y transversal, al pueblo venezolano. Quiera Dios que en Quito la improvisación del presidente Rafael Correa gire a la cordura de los sabios y en Managua la ignorancia de Daniel Ortega limpie la imagen de un gobierno neófito por la simplicidad de su absurdo. Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, acosaba por los escándalos de corrupción, estará rogándole a los orixas del Candomblés que su alma guerrillera no tropiece con el efecto Mauricio Macri en su país. Y la culta Bachelet, acostumbrada al elogio de su sapiencia, mida la cercanía con las fronteras argentinas para evaluar el rumbo donde quiere llevar a Chile.

Dicen los expertos en conspiraciones que el presidente electo argentino marcó el rumbo de la izquierda latinoamericana porque a partir de ahora piensan: Seguimos en el poder simulando ser justos o seremos justos intentando el poder. Maldad de los villanos (lo comentaba un improvisador de casualidades en Paris que admira a La Habana). Hay que correr a tiempo para parar esa peste que ya empieza a oler. Mientras tanto un Son cubano no viene mal: ojalá dure mucho, ojalá. Ojalá, que con Macri Maduro también se va, ojalá… 

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