Tuesday, May 26, 2015

Sin límites

Cuba, a lo lejos y para los extranjeros, impresiona el vergel de la felicidad. La virginidad del país, la mitología revolucionaria, la magia de su música, el carácter extrovertido de la gente, los autos viejos y hasta el contraste de una revolución inmóvil sostenida por ancianos, pero capaces de mutarse en la conveniencia, están invitando a todo el mundo a mirar a la isla y gozar en ella.

Las imágenes oficiales de Cuba son todas idénticas. Expresan la plena felicidad de un pueblo que, a decir verdad, no deja de ser alegre aunque se muera por dentro. Al parecer las fiestas nunca terminan y el dolor o las penurias no tienen cabida en el carácter tropical de la gente. Y así lo expresan los que viajan allí por unos días quienes hacen todo lo posible por regresar para embriagarse de placer.

Ahora, cuando el enemigo histórico ha dejado de existir, en cualquier sitio de Estados Unidos basta con saber que eres cubano para que te acosen con preguntas sobre el país.

De esos encuentros he llegado a resumir cinco grandes grupos interesados en Cuba y su realidad. Primero, los hombres de pequeños negocios que desean agrandar su fortuna en la oportunidad de invertir en un país detenido más de medio siglo en el tiempo. Aspiran a todo. Desde comprar autos viejos e introducirlos en Estados Unidos hasta hacer casinos en tierra firme y volverse tan grandes como sus rivales de mayor capacidad económica y ventajas políticas.

Los segundos, son los enamorados de las aventuras que aspirar a conocer a un país virgen y atrasado que auguran dejará de serlo en pocos años. Es decir, apetecen disfrutar el olor de una revolución aparentemente pura antes que desaparezca su esencia revolucionaria. Buscan establecer la diferencia entre un antes y un después. Generalmente, los estudiantes, profesores, académicos y simpatizantes con la ficción Castro, se agrupan aquí.

Los terceros, acogen a gentes bien intencionadas que desean ayudar pero no saben cómo. Generalmente, son los que no tienen nada y si tuvieran, creo yo, pensaran como los primeros.
  
El cuarto, y para nada es de extrañar, son las diferentes denominaciones religiosas que quisieran tener el privilegio de la Iglesia Católica y estar ahí, en la primera línea de influencia en la reconstrucción de la nueva Cuba.

Por último, y estos son mayorías, están los tipos solitarios que ansían tomarle el pulso a Cuba disfrutando la supuesta voluptuosidad de sus mujeres  hasta saciar lo que en ninguna parte del mundo podrían hacer.

Intentan hablar con respeto hacia la gente en Cuba pero, a la vez, por su ignorancia, no dejan de ser ofensivos y hasta abusadores. Son pobretones que apretándose los bolsillos pueden ahorrar unos dólares y luego ofrecer menudencias por llevarse a la cama a una adolescente que le costaría la cárcel en Estados Unidos si tal práctica se atreviera hacer.

El dinero tiene un poder y en Norteamérica todos lo saben bien. Incluso, aseguran que el gobierno cubano necesita dólares y ante esa premura volverá la cara hacia el otro lado para dejar hacer.

Nadie ha hecho gravitar más a Cuba hacia los Estados Unidos que los hermanos Castro. Ahora mismo están presentando al país como una arcadia feliz donde los límites
  los pone el visitante.

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