I
Todos sabemos hacia
donde nos ha llevado el castrismo. Las pruebas de su desastre son obvias, pero
una interrogante a responder será a dónde iremos sin ellos. Seguramente, que otros lo harán mejor aunque se corre el riesgo de inmortalizar la intolerancia en nuestra cultura política.
El problema cubano
es más cultural que político. El historiador Moreno Fraginal, aseguraba que
Fidel Castro no es un evento de la casualidad. Quiso decir, que el carácter del
cubano posee extensiones malignas capaces de procrear, por el extremo de las
pasiones, engendro como Castro.
II
Manuel Cuesta Morúa,
le dijo a Juan Manuel Cao en un programa de televisión de Miami, que el régimen
cubano no tiene la razón para permanecer en el poder, pero si posee razones
para ejercerlo. Pocos, hasta donde la realidad indica, han pensado en ese análisis
y nadie intenta influir sobre ese argumento para desmantelar la justificación histórica
del castrismo quien asegura gobernar por la voluntad soberana del pueblo.
III
Si alguien ha
interpretado nuestro carácter ha sido Fidel Castro. Hitler lo hizo en Alemania,
Mussolini en Italia y Franco en España. Los germanos, capaces de atravesar el continente europeo para acabar
con el Imperio Romano, creyeron el imaginario del fuhrer de constituirse en una
potencia hegemónica. Los italianos volvieron a recordar con Mussolini los días gloriosos
del Imperio y se volcó a la aventura fascista mirando a su pasado histórico.
Franco estaba obsesionado con llevar a los Españoles al escenario de la gloria
cuando las grandes conquistas del siglo XV.
Castro, en su ideal
mesiánico, intentaba esculpir en el Caribe una nación capaz de poner de
rodillas a Estados Unidos. Su intención de pasar a la historia ha sido el mayor
sacrificio que pueblo alguno haya sufrido jamás.
IV
La Copa Mundial de
Futbol ha mostrado la fuerza de los equipos débiles y sin historia cuando deciden jugar como un equipo. Estados Unidos llegaba hasta Octavo y pudo
pasar a cuarto de finales si n fuera porque la ansiedad por anotar goles no los aturdiera cerca de
la portería. Colombia, animada por las magistrales jugadas del delantero James Rodríguez,
combinaba fuerza, talento y deseo de ganar, hasta meterse en el bolsillo la simpatía
del mundo por su juego organizado y “agresivo”
Ha sido Costa Rica,
la revelación del mundial. Los ticos, con su baja estatura, compitieron como
solo pueden hacerlo los grandes en la cancha. Sin una estrella ganaron a dos
campeones mundiales (Uruguay e Italia) y empataron con otro (Inglaterra). Jugaban
como un team y eso es valioso para ganar.
V
Dicen que los
cubanos están fascinados con el futbol y no es para menos. Ojala les sirva para
entender que en todos los terrenos, donde se juega algo importante, la cohesión
hace la diferencia.
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