Por su parte, Guevara alcanza una dimensión mayor porque su época está asociada al desarrollo tecnológico y la revolución mediática. Además, cuenta a su favor con un sinnúmero de seguidores en todas partes del mundo, gracias a los heraldos de la izquierda internacional, que lo han entronizado como el ejemplo moral para los pueblos.
Lo que pocos saben del El libertador y Che Guevara es que ambos tenían un punto de coincidencia tan exacto como abominable. Los dos eran racistas.
El poeta cubano Gastón Baquero en su excelente
ensayo El negro en Cuba
describe como Simón Bolívar en el año 1826 escribe al general Santander una
carta donde le convence de no intervenir en Cuba, a pesar del temor que
significaba la Habana por haberse convertido en un punto de concentración de
tropas españolas que pudieran organizar expediciones contra las nuevas naciones
liberadas al sur del continente. Dice el libertador a su subordinado: General, la independencia de Cuba puede esperar, nos basta con un Haití en el Caribe. Baquero
explica que la revolución haitiana acrecentó tanto miedo al negro hasta llegar
a empañar la imagen de un hombre como
aquel adalid venezolano.
El guerrillero argentino, en su tránsito por América
mostró un desprecio morboso hacia los negros de Brasil. De ellos dijo: Los negros, esos magníficos ejemplares de la
raza africana que han mantenido su pureza racial gracias al poco apego que le
tienen al baño, han visto invadidos sus reales por un nuevo ejemplar de
esclavo: el portugués. El desprecio y la pobreza los une en la lucha
cotidiana, pero el diferente modo de encarar la vida los separa completamente.
El negro indolente y soñador, se gasta sus pesitos en cualquier frivolidad.
José Martí, con su conducta de vida, estuvo por
encima de su época al describir en un breve ensayo su posición con relación a
la discriminación racial. Este blog no es el espacio para el análisis integral
de su actitud sobre el racismo. Sin embargo, vale exponer sus palabras para
recordar la dimensión ejemplar de Martí ante
un tema que por viejo no deja de estar presente en todas las sociedades. En mi opinión,
la más completa definición de raza fue
expresada por nuestro Apóstol cuando escribió: Hombre es más que blanco, más
que mulato, más que negro. Martí,
al dirigirse a su amigo negro Juan Gualberto Gómez, en los preparativos del
alzamiento del 24 de febrero del 1895, le llamaba: Hermano de mi alma. Y
sobre el sistema colonial esclavista expresó: Quién que ha visto azotar a un negro no se considera para siempre su
deudor.
Más de medio siglo de intolerancia ideológica en
Cuba permitió el consumo de algunas corrientes filosóficas y políticas de otras
naciones, aunque estas fueran excluyentes. Los alemanes Carlos Marx y Federico
Engels, el ruso Vladimir Ilich Lenin y el argentino Ernesto Guevara, fueron los
referentes morales de la sociedad totalitaria cubana. El régimen cubano, al
ubicar a Martí detrás de ellos, provocó un daño irreparable a la memoria histórica
de la nación cubana. Sin intentar
establecer comparaciones, Martí es de una estatura mayor porque en su corta
vida no quebrantó su visión acerca de los hombres.
Los íconos son referentes ineludibles para los
pueblos y Martí hoy es más necesario que nunca.