En Estados Unidos se ha intentado iniciar un tránsito silencioso hacia lo nuevo. Aun resuena el eslogan “Yes We Can” que Barack Obama propuso en su campaña y sus ecos, convertidos en estimulo para los demócratas, comenzaron a tropezar con el día a día del estadounidense.
Lo nuevo no ha llegado y el ”si podemos” ha dejado de ser una consigna unitaria para convertirse en una frase opaca, esculpida, en este momento, con los improperios del votante frustrado.
Era de esperar. Los pueblos cuando se dejan arrastrar por las aureolas fluidas del carisma, se convierten en una torpe muchedumbre embriagada.
El jubilo irreflexivo de los mítines, el acento certero de un orador elocuente, la necesidad de cambiar la imagen del país ante el mundo, para borrar un pasado reciente, movilizaron el entusiasmo en las urnas. Había que cambiar la historia con la elección de un afroamericano para la Casa Blanca para apuntalar, así lo han creído, al país sobre sus cimientos originales.
Ahora, con la pérdida de confianza en Washington, la economía estancada, la falta de un liderazgo visible y el país dividido, los que viven en este país comienzan a preguntarse porque nada ha cambiado y hacia donde van.
Hay miedo en Estados Unidos. Es un miedo cerval y silente. Es una inseguridad en el rumbo que toma la nación y el espacio que cede por día. Hay quienes han comenzado hablar bajito y a los que gritan les llaman locos.
En una ciudad del sur el eslogan del comunismo se apoderó de las paredes de un centro comercial por varios meses y fue borrado por casualidad. Es evidente, pocos conocen a la hoz y al martillo. De Marx no tienen una remota idea y la esfinge de Che Guevara adorna los despachos de algunos funcionarios.
Varias universidades están de fiesta y los gramscianos duermen felices porque realmente piensan que Estados Unidos puede ir cambiando a su favor.
Lo triste es que pocos lo observan. La ingenuidad y la miopía son las dos peores enfermedades que padecen los estadounidenses. Mañana puede ser tarde, porque se resisten a creer en el posible mal que se les viene encima.
Qué fuerte... A ver que te dirán algunos de tus amigos demócratas... aunque tengo que admitir que desgraciadamente tienes razón en que esa gente (sean de los Estados Unidos o de Europa Occidental) que no han vivido el llamado "socialismo" no tienen ni idea de lo que se trata. Les parece muy romántica la idea de la igualdad, pero no se imaginan todo lo que perderían en un sistema así, empezando por sus propiedades y terminando con las libertades de hacer todo lo que es tan normal para ellos, como ir de vacaciones al extranjero o poder decir libremente lo que piensan.
ReplyDeleteSi Ramon, de acuerdo. Pero...¿Donde está la solución? ¿Acaso la tienen los republicanos?Sin dudas, la escurridiza solución a nuestros problemas como nación ya no obedece a las simples reglas del "sentido común". La discusión política se ha convertido en una obstinada lucha entre dos grupos por prevalecer, y el país en el medio. No es tan malo como luce el equipo que está perdiendo, ni tan bueno como luce el que está ganando. Un abrazo fuerte. Eres orgullo de la tierra del leon de Santa Rita :-)
ReplyDeleteEstimado Manrique, la solucion en parte la ha dado usted mismo cuando se refiere a que dos grupos se obstinan por el poder dejando al pais a merced de las circunstancias para luego sacarle provecho. El pais primero debe ser un slogan etico de republicanos y democratas.
ReplyDeleteObservo en muchos estadounidenses cierto conformismo con las cosas y una apertura mental por aprender mas del mundo y de lo nuevo. Eso no esta mal. Lo que me preocupa es el nivel de ingenuidad en algunos que desean experimentar una socializacion de la sociedad como en Europa.
Creo que el estado de bienestar, que es lo que se escoge como argumento para impulsar posibles cambios en el pais, puede acarrear graves problemas con la seguridad de la nacion que, definitivamente, aprovecharian los que odian a USA para atacarlo por varios frentes.
Hoy Europa se concentra en resolver los problemas sociales de sus ciudadanos (lo cual es valido), sin embargo su defensa es tan debil que cuando los rusos de irritan en Moscu los gobiernos europeas tiemblan como una infanta temerosa e impotente.
Estados Unidos debe volver al estado original donde la libertad del individuo era el mayor atributo del sistema. Solo a partir de aqui es posible fundar esperanza sin que cambie el modelo politico, con una minima intromision del gobierno central en los asuntos de los ciudadanos y con la seguridad de dormir tranquilo cada noche.