Tuesday, June 26, 2012

Amistades peligrosas

La visita relámpago a Cuba del presidente de Belarús Alexander Lukashenko, vuelve a recordarle al mundo que el régimen cubano es adicto a las amistades peligras. Pensándolo bien, solo un gobierno turbado por la obsesión al poder puede darle espacio a un personaje tan gris, rechazado por la comunidad internacional y aislada por el conjunto de las naciones democráticas europeas, como es el  hombre fuerte de Minsk. 
  
Claro, Raúl Castro ha invitado a su homólogo al palacio de la revolución porque el visitante sostiene las mismas amarras sobre la sociedad bielorrusa como él lo hace con el pueblo cubano. Ambos odian la libertad, al negarles los derechos fundamentales a los ciudadanos, sostienen la pena de muerte por fusilamiento y, sin piedad, atacan a todos los que se les oponen cuando alegan que lo hacen en nombre de la justicia y porque ellos representan la voluntad popular de sus respectivas naciones.

Belarús y Lukashenko, Cuba y Raúl Castro son dos entidades cercanas, adiestrada por los antiguos comunistas soviéticos. Ellos se niegan a comprender que el fracaso del socialismo, en aquel enorme país,  demuestra la improbabilidad real de su práctica en el mundo. Sin embargo, se acomodan en la intransigencia del modelo porque éste les facilita permanecer en la cúspide del poder cuantos años de terror total les permita.

En las fotos de las conversaciones ofíciales, entre ambos dictadores, se aprecia la cercanía cuando, entre helechos, palmeras decorativas, rosas amarillas, postura de confianza, hermandad ideológica y trajes costosos, no pueden esconder la alevosía con que tratan a sus pueblos.    

Lukashenko es el ultimo dictador del viejo continente, cuya ferocidad recuerda los peores momentos de intolerancia en la URSS y se resiste a mirar al lado donde existen otras naciones que pertenecieron al bloque comunista y hoy se erigen como democracias sólidas, consagrada en la creación del estado de bienestar para sus ciudadanos.

¿Qué ventajas deja para ambos países esta visita, si las relaciones bilaterales solo superan 50 millones de dólares al año? Da la impresión que los cinco acuerdos recién firmados entre los dos países son un simbolismo y forman parte del interés político de La Habana y Minsk por visualizar la presencia internacional de alguien que apenas puede salir de su país. Es, por otra parte, un intento por revivir el pasado glorioso del socialismo cuando sus ideólogos crearon en todo el mundo la expectativa de construir un sistema global, concebido para destruir los valores de la democracia y el capitalismo, y otorgar a los pueblos el derecho supremo a la emancipación social. También, por la capacidad de Castro para polemizar con los defensores de los derechos humanos en todos los naciones, al considerar soberana la decisión de recibir en sus puertos a cualquier transgresor del derechos a la libertad.

Han sido veinte cuatro largas horas de permanencia en tierra cubana el déspota Lukashenko. La brevedad de la visita puede responder a las obligaciones del visitante por mantener bajo férreo control a su pueblo y, tal vez, por el miedo característico de los dictadores de permanecer fuera del bunker donde gobiernan a su antojo.

La buena noticia es que a pesar de la naturaleza represiva de su régimen, cada vez son más los ciudadanos bielorrusos que superan la culturan del miedo y toman las calles para demandar sus derechos. Ojala su libertad la alcancen muy pronto como también lo desean los opositores al castrismo en Cuba. Cuando ese momento llegue la historia recordará al huésped Lukashenko y al anfitrión Raúl Castro, como los dos últimos dictadores de Europa y América.






Friday, June 22, 2012

Escape al futuro

Cinco deportistas cubanos de la selección nacional de baloncestos han abandonado su equipo en San Juan, Puerto Rico. Los jugadores asistían al torneo de Centrobasket que se disputará hasta el próximo domingo y concede cuatro plazas para el venidero campeonato pre mundial de este deporte.

La noticia ocupa titulares importantes en los diarios más leídos del mundo, a pesar que es una repetida práctica de los jugadores cubanos cuando salen de la isla a algún evento internacional.

Me gustaría compartir con los oyentes de En la Diana, las causas que subyacen en estas estampidas o deserciones, como comúnmente suele llamarse.

La razón esta en la falta de oportunidades para los atletas, que a pesar de tener algunos privilegios, inalcanzable para la mayoría del pueblo, no se sienten realizados bajo un escenario politizado y de control represivo.

Estos atletas desertan porque no encuentran avenidas seguras para su futuro como deportistas, porque están cansados de ser usados como piezas propagandísticas de una revolución que funciona y les premia, mientras los jugares están en activos y aportan resultados auténticos que luego se  convierten en atributos del sistema, por encima del esfuerzo personal que hay en cada medalla o victoria del jugador.

La decisión, de abandonar los juegos para exiliarse en Estados Unidos, anuncia la falta de libertad en Cuba y el deterioro creciente que mantiene el régimen en el respeto a los derechos civiles de los cubanos.

Hace unos meses circula por Internet un excelente documental que describe la precaria situación en la que viven varias glorias del boxeo en la isla. El abandono total a estas figuras, que dieron todo por los colores patrios, los ha convertido en alcohólicos, vendedores de maní y en prisioneros comunes con un record delictivo lamentable para su historial de gloria.

Mirándolo bien, son los jóvenes los primeros en darse cuenta, mejor que sus propios padres, que las propuestas de la revolución han quedado en promesas vacías improbables de cumplir cincuenta y tres años después. Por eso se esfuerzan en los tabloncillos, en el ring de boxeo, sobre la pista de atletismo, en la cancha de voleibol o en un campo de béisbol, para acreditarse el talento y ganar un espacio en las selecciones nacionales y viajar al extranjero. Los que miran y ven, han encontrado una vía de escape en esos viajes, para liberarse del control y el compromiso ideológico. Luego trabajan bajo otras condiciones para edificar en países libres la carrera que deseen como profesionales del deporte.

Por el camino que van las cosas, los mejores atletas continuaran abandonando al país, cuando la oportunidad de desertar esté a la vista, quedándose el pueblo cubano sin poder aplaudir a sus estrellas ni a la gloria que alcanzaron en el olimpo de los campeones.



                           

           

Friday, June 15, 2012

La Iglesia es sabia

Lo que todos deseaban de la iglesia cubana ha ocurrido sin contratiempo. La respuesta a un encuentro con los miembros mejores estructurados de la disidencia interna era esperado con ansiedad, en todas partes del mundo, después de las fuertes críticas contra la institución religiosa y su máximo representante en Cuba, el cardenal Jaime Ortega Alaminos.

La semana pasada, según asegura Berta Soler, figura insigne del movimiento Damas de Blanco, el cardenal Ortega se reunió con ellas por más de tres horas, en un ambiente cordial, de respeto y de comprensión por la causa que ellas defienden. La señora Soler destacó a los medios que la iglesia no las había abandonado.

Realmente, este encuentro era necesario. Vital, para saldar las dudas generadas por el desliz del Cardenal en una universidad de Estados Unidos cuando expresaba en un tono despectivo, diatribas infundadas contra un reducido grupo de opositores pacíficos que durantes varios días ocuparon una iglesia en La Habana. La reunión generó expectativas que fueron superada por el tiempo que la iglesia dedicó al grupo de mujeres convertidas hoy, sin discusión alguna, en el mejor exponente de la oposición cívica cubana.

Los méritos de Las Damas de Blanco están determinados por el alcance de sus acciones en las calles de La Habana, el carácter de sus exigencias cívicas y el valor con que han logrado ocupar un espacio en el difícil escenario del totalitarismo tropical.

Lo importante de esta reunión es que la iglesia sale fortalecida al saber limpiar con originalidad y valentía las manchas que pudo echarse encima. Además, expresa su posición al lado de los débiles, de los marginados políticos y de quienes sufren el azote brutal de la represión. La iglesia es sabia, por eso ha sobrevivido a tormentosos momentos a lo largo de su historia superando los escollos con sabiduría y magnanimidad. Su misión evangelizadora implica estar al lado de los que sufren, de los perseguidos y de los que aman la libertad.

No dudo, que en esa inteligente decisión haya influido hasta El Vaticano, que desde Roma es capaz de advertir los mejores derroteros para su institución en la isla. Si fue así, estamos ante un escenario nuevo que debería ser tomado en cuenta por los actores políticos de la disidencia. En primer lugar, si una organización es madura en sus proyectos, establece como misión incluyente abordar los cambios en Cuba desde la acción cívica estratégica e inteligente y se estructura con una base social amplia, posiblemente pueda encontrar resonancia dentro y fuera de Cuba y la iglesia la tomará en cuenta.

Además, si la oposición interna pudiera advertirse a si misma, que el consenso es la clave para alcanzar legitimidad dentro del pueblo cubano y sus instituciones (donde se incluye a la iglesia), sería tomada en cuenta para todo. Si se visualizara como alternativa viable y tuviera ahora mismo sobre la mesa un proyecto que, partiendo de la experiencia de Las Damas de Blanco, le sirva para entenderse con la iglesia y con todos aquellos que, a pesar de estar en la misma trinchera, no se relacionan, entonces otro gallo cantaría y hasta el propio régimen se vería obligado actuar de manera diferente si se llegaran a movilizar a la gente, que es el reto poco comprendido por los opositores.

El desafío mayor y más importante de los demócratas cubanos es ser prudente con la interlocución de la iglesia ante el régimen, antes que salir a reprender a mansalva contra quien, por su naturaleza religiosa, jamás podrá ser aliado de quienes niegan la libertad a sus pueblos. En pocas palabras, hay que insistir inteligentemente, como lo han hecho Las Damas de Blanco, por el entendimiento antes que por la confrontación con la jerarquía de la institución religiosa. En esta lucha por la democracia en Cuba hay que buscar aliados en la iglesia y en los Orishas, si fuera necesario.

Tuesday, June 5, 2012

Mariela Castro se pesea por las calles del imperio

Mariela, al parecer la hija favorita del general Raúl Castro, ha visitado Estados Unidos durante doce días. Su viaje comenzó por Los Ángeles, donde habló de todo cuanto quiso, sin que nadie le impusiera una agenda o le censurara algunos de los párrafos de sus discursos. También fue acogida en la biblioteca central de New York y hasta suponemos que haya hecho algunas horas de turismo por territorio imperial.

Su presentación en la biblioteca neoyorquina, me trasladó a La Habana en 1998, cuando intenté acercarme a la biblioteca Nacional José Marti, para defender la libertad intelectual y el derecho de los cubanos a leer lo que quisieran. Esa vez, no pude acceder a su interior por orden de la seguridad del estado y menos presentar mis demandas.

La señora Mariela, convertida en defensora de los derechos de los homosexuales, aprovechó las tribunas de la libertad para decir lo que nadie en Cuba pudiera expresar contra el régimen de su padre. Aquí criticó a Obama, al exilio cubano le repitió los mismos epítetos aprendido por su tío Fidel Castro, alabó a las tres vírgenes y siempre estuvo un séquito incondicional en torno a su discurso alternativo y supuestamente incluyente sin sentir el ojo represivo sobre ella. Eran cubanos traídos de la isla y decenas de norteamericanos románticos, que aun creen que la revolución cubana es una alternativa para los problemas del mundo.

El viaje de Mariela ha recibido duras críticas por parte de un sector del exilio opuesto a cualquier avenida de intercambio o acercamiento con La Habana. Otros lo consideran adecuado, porque el gobierno norteamericano es una democracia y no está moralmente obligado a actuar como lo hacen las dictaduras. Yo apelo por la segunda variante. Mejor dicho, apoyo esos viajes porque de alguna manera tienen incidencia sobre el pueblo cubano que sabe leer entre líneas y determinar en que lugar se comenten las verdaderas violaciones.

Mariela, con la defensa que hace del derecho de los homosexuales y la visión que deja sobre ciertas aperturas mentales, económicas y sociales en la isla, no puede ocultar su fascinación por los símbolos del capitalismo. Ella, que viaje constantemente a Europa, ha tenido la oportunidad de comparar los dos sistemas, pero calla, porque se acomoda en el lugar del oportunismo y la deshonestidad.

Cabe preguntarse, sin intención de ironizar: ¿Qué sería de Mariela sin Fidel, Raúl y el sistema unipersonal de gobierno que existe en Cuba? En el totalitarismo gravitan la mediocridad, el desprecio a la inteligencia, la burla a la decencia y el castigo al talento. Mariela Castro, representa al seudo intelectual revolucionario que acoge la ideología como ciencia absoluta sin saber medir nada que no sea dentro del imaginario de sus creencias. En todos los sitios donde comparecía mostraba el rostro del continuismo y en su semblante se observaba, a flor de piel, el odio inculcado por sus progenitores.

Vaya suerte la de Cuba, cuando al final de una dictadura asoman los rostros perversos de quienes desean prolongar la miseria, el crimen y la ausencia de libertad.

Saturday, June 2, 2012

La escuela en el campo

Un oyente de En la Diana, me escribió desde Madrid, España, para sugerirme que analizara el Plan de la escuela en el campo. Dice este radioescucha, en su breve mensaje, que es un tema donde se podrían escribir páginas larguísimas de un libro. Y está en lo cierto.

Las revoluciones marxistas tienen sus símbolos visibles. La hoz y el martillo exalta el carácter proletario del sistema y casi siempre el color rojo en las banderas se distingue para revelar la disposición de entregar la sangre del pueblo por el bien del socialismo. En Cuba los símbolos han sido muchos. Primero, el uniforme verde olivo y las tupidas barbas de los rebeldes que alcanzaron el poder con las armas indicaban el carácter más apropiado para los revolucionarios. Después surgieron otros que harían interminable la lista. Pero, el símbolo que mayor utilización ha tenido por parte del régimen cubano fue su plan de la escuela en el campo.

Esta insignia era institucional, abarcadora y la meta soñada por el comandante en su empeño de adoctrinar a los cubanos bajo la égida sagrada del marxismo leninismo. Hasta Silvio Rodríguez fue escogido para escribir una canción cuya estrofa principal tenía estos versos mesiánicos: Ésta es la nueva escuela/ ésta es la nueva casa/ casa y escuela nueva/ como cuna de nueva raza.

El plan de escuela en campo, era ideal para inculcar valores socialistas. Su esencia consistía en separar a los estudiantes de sus padres, en la etapa de la adolescencia, período natural de contradicciones y de dudas en todos los que la transitan, para formar al hombre nuevo que sería una especia humana creada en los laboratorios de la integridad moral como parte de una nueva raza según el poeta. También inducía el amor a la patria, al comandante y al sacrificio por la revolución.

De estas escuelas se esperaba consagrar el talento revolucionario para luego, exportarlo por el mundo como adalides del antiimperialismo mundial. El paso de los años, la desaparición de la Unión Soviética y sus aliados de Europa Central y del Este, convirtieron el símbolo de la educación fidelista en un cementerio de cemento en medio de extensos territorios de tierras abandonadas, profesores convertidos en merolicos, estudiantes intentando cruzar las fronteras del enemigo, para asentarse en su comodidad democrática y la ideología, bifurcada entre la aparición de un capitalismo de estado brutal dirigido por una élite supuestamente contraria a la desigualdad y un pueblo viviendo en suspenso por la incertidumbre.

El uniforme azul de los estudiantes, las largas horas de trabajo productivo, el desconcierto sexual de los adolescentes, sin protección de los padres, y el severo sistema disciplinario quedaron en el olvido y hoy, salvo aquellos que estuvimos sometidos por años al sistema de escuela en la campo, pocos la recuerdan.

¿Por qué sucumbió este símbolo del desarrollo educacional de la isla cuando el propio Fidel Castro lo tenía como una de sus prioridades a nivel nacional junto al programa de salud pública y al médico de la familia? Dos razones pudieran justificarlo. La primera es la crisis económica del llamado Período especial que hizo insoportable para el gobierno cargar con los subsidios de una educación de mala calidad y cada vez más lejos de poder formar al hombre nuevo bajo el credo del castrismo. Segundo, el descontento de los educadores, la falta de un diseño pedagógico estructural, la improbabilidad de alcanzar las metas revolucionarias y el olvido del comandante, quien comenzó a mirar las ollas de presión, en su revolución energética, cuando se dio cuenta que construir a un hombre, a imagen y semejanza del Che Guevara, no es posible de alcanzar. .